La Xunta se adelanta a la directiva comunitaria

La Xunta de Galicia aprobaba en mayo el decreto que regula el contenido de los registros públicos de profesionales sanitarios, una medida encaminada a evitar el intrusismo y a lanzar un mensaje de transparencia para los profesionales. Tanto los sindicatos como los colegios de médicos habían demandado este registro y su creación fue bien recibida en el sector porque facilita a la Consellería de Sanidade las necesidades reales de personal y cuales son las especialidades en las que existen mayores carencias.
Las autoridades sanitarias ponen este registro a disposición de todos los ciudadanos para que puedan verificar que el profesional que los atiende cumple con todas las capacidades, titulación y formación adecuada. El documento pone a disposición de colegios profesionales, centros sanitarios y pacientes los datos de titulación y especialidad de cada profesional; pretende ser, según fuentes del ejecutivo autonómico, “el primer sistema que recoge información completa, ordenada, sistemática y fiable para planificar los recursos en Galicia”, adelantándose a la directiva comunitaria que entrará en vigor el próximo mes de octubre. El registro respeta la confidencialidad de los datos personales de los facultativos y ofrece información estrictamente profesional: titulación, especialidad, lugar de ejercicio profesional, categoría y función. Resulta un instrumento de utilidad para los pacientes porque les facilita el acceso a la información sobre los sanitarios que los atienden, con datos de titulación y especialidad de cada profesional, y sirve como elemento de apoyo para realizar la libre elección del medico de familia y pediatra. El registro también es una herramienta eficaz para la Administración autonómica que, desde su puesta en marcha, cuenta con información ordenada, sistemática y fiable sobre el número y la distribución del personal.
Los profesionales se felicitan por la creación de este documento y algunas organizaciones como el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de Galicia ha mostrado su satisfacción en reiteradas ocasiones porque lo consideran una poderosa herramienta en la lucha contra el intrusismo laboral. Confían en que su puesta en funcionamiento permitirá a los usuarios poder cerciorarse de la idoneidad del profesional elegido, comprobando su titulación, especialidad, lugar de ejercicio profesional, categoría profesional y función, constituyendo de esta manera un paso más para velar por la salud de los ciudadanos, evitando los casos de intrusismo profesional en un tema tan delicado como la salud. “Hay que informar a la gente de los que hay para que sepa escoger, que sepa donde se mete cuando va a un clínica o a un centro en el que actúan curanderos, manciñeiros, tratantes de huesos, quiroterapéutas o apendicistas”, explica José Luis Aristín. “Todo son elogios cuando acuden a estas personas y las cosas salen bien, pero cuando su salud no mejora se mantiene callados. Por el contrario, cuando acuden a un profesional y no salen las cosas como esperaban, las criticas son frecuentes. Al saber quien es un verdadero profesional con la formación adecuada, los pacientes saben donde existe una garantía; ahí tienen derecho a solicitar informes, pedir factura y efectuar cualquier reclamación”.
La creación del registro también es una buena noticia para los usuarios de la sanidad, pero quienes han sido víctimas del intrusismo piden mayor control. “Todo los que se ponga encima de la mesa es positivo, pero creo que ese documento debería ser obligatorio también para los que ejercen en la sanidad privada”, apunta Esther Fontán, presidenta de la Asociación de Afectados por Intrusismo Médico Sanitario. “El registro puede ser muy útil para la sanidad pública, pero también debería se obligatorio para los que están fuera del Servicio Galego de Saúde. Lamentablemente, los intrusos se refugian en la privada”. n

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