Por mi parte, y sin ánimo de ofender a nadie, ni siquiera a un tal G. P. Jácome aunque este lo merezca, me parece que ya ni siquiera hay ofensa posible.
Desde hace ya mucho tiempo y después de leer cada día La Región, me pone de tan mal humor el comprobar que los principales partidos de la oposición en el Concello de Ourense sigan día tras día sin hacer nada de para lo que han sido elegidos por los ciudadanos ni, a mi parecer, lo único razonable: moción de censura contra el gobierno del señor déspota aun a riesgo de que esta acción perjudicase electoralmente al partido que la inicie (se deben únicamente a su conciencia y a sus electores). A mi modo de ver, en la situación ourensana, una moción sería la única manera de promover inversiones públicas y por consiguiente la creación de nuevos puestos de trabajo, etc., etc.
Ojalá este deseo se haga pronto realidad y “al cuerno con el señor Jácome”.
