“Pirucho”, vitalidad, arte y goce de la vida

Allá en los altos de Piñor donde moraba este pontevedrés que de Ourense hizo residencia hasta el grado de asemejarse como uno más de pro por su identificación con esta ciudad, este “Pirucho”, singular apodo por el que más conocido donde se le hallare y que de sobrenombre reconocido más allá de su particular entorno, se nos fue cuando no pensábamos que partían hacia esa dimensión, sin más, los personajes como él, excelente compañero y no menos amigo que tenía un don que le podría hacer más singular: la acepción de personas, o sea, el trato que él dispensaba a los que menos relumbre tenían en la vida social, sin hacer distingos, de si ricos o humildes. Este era el “Pirucho” con alma de artista

Lazcano vino a Ourense como funcionario en la delegación de Agricultura donde ejercería como sociólogo en compañía de otros dos, que luego ocuparon cargos de relieve en la vida pública, y él como delegado de la Cotop, Consellería Territorial de Obras Públicas, donde huella dejaría durante el período del gobierno del bipartito de la Xunta bajo el presidente Pérez Touriño.

Entre los compañeros gozaría de gran estima; entre sus amigos, del privilegio de alguien que igual tañía la guitarra interpretando fados como ninguno o boleros o lo que se terciara, o se liaba a contar historias con ese su espíritu jovial, desenfadado, portador de una más bien grave voz que ya le daba un personal sello.

Militante socialista que desde las filas del PSG pasaría a las del PSOE de Galicia donde se recuerda con cariño a este vitalista que a nadie indiferente dejaba, como el sábado quedó plasmado en la necrológica del partido socialista.

En su morada chalet de estilo en los altos de Piñor, de Barbadás, donde pasaba los veranos la eximia escritora Carmen Martín Gaite, al lado del campo de Roma, preparaba sus pinturas para exponerlas aquí e incluso más allá de nuestras fronteras donde muy reconocido se sentía.

Ourense pierde a otro de sus personajes y yo, aunque de fugaces e inesperados encuentros, de quien ni calificar como amigo podría más si como un más que conocido al que en cada encuentro como si de habitual amigo se tratase intercambiábamos fluido parlamento, porque en esto de trasmitir amistad y alegría más que experto, y ciertamente jocoso ya que él siempre tenía algo que manifestar con ese su sentido de encarar las cosas y de ironizar de las circunstancias.

Notarán su ausencia de quien todo lo llenaba, su entorno más íntimo: Cristina, su esposa inglesa, profesora de su lengua en distintos ámbitos docentes y sus dos hijas Cristina y Marta que nunca suplirán la ausencia de quien tanto llenaba no solo su espacio doméstico. Nosotros, también, por percibir que no está quien presente se hacía en cualquier espacio.