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PLAN DE ACCIÓN
Más de medio centenar de voluntarios, mayoritariamente trabajadores de Abanca participaron este sábado en Manzaneda en la primera jornada de voluntariado ambiental organizada en el marco del Plan de Acción contra los incendios impulsado por Abanca en colaboración con su Obra Social Afundación. Se trata de la primera actividad de recuperación ambiental puesta en marcha dentro de este programa, que nació el pasado mes de agosto con el objetivo de contribuir a la regeneración de las zonas dañadas por los incendios y reforzar su protección ante futuros episodios.
La jornada se desarrolló en las inmediaciones del regato da Mourela, entre la localidad de Manzaneda y la aldea de Tonxil, un entorno natural especialmente afectado por los fuegos de agosto. La actividad comenzó a las 11,00 horas, momento en que los voluntarios recibieron fundas, guantes, chalecos y gorras para desarrollar las tareas, que se prolongaron hasta cerca de las tres de la tarde, con una pausa intermedia para reponer fuerzas.
Durante la mañana, los participantes se dividieron en tres zonas de trabajo diferenciadas, siempre guiados por técnicos especializados que indicaban las labores a realizar. Una de las áreas era de mayor pendiente y pedregosa, aprovechando incluso piedras para construir pequeñas barreras destinadas a evitar la erosión del suelo y el arrastre de cenizas hacia el cauce del río. En otra, se aprovechó la ocasión para retirar basura acumulada en el entorno.
La actuación, planificada con antelación, se estructuró en tres fases principales. En primer lugar, los voluntarios aplicaron la técnica del mulching, consistente en esparcir paja, 200 gramos por metro cuadrado, sobre las zonas quemadas para proteger el suelo de la erosión, conservar la humedad y facilitar la regeneración de la vegetación. A continuación, levantaron fajas de ramas entrelazadas, reforzadas con estacas, que actúan como barreras naturales frente al desplazamiento de sedimentos. Finalmente, en puntos más altos y menos quemados de estas áreas, esparcieron granos de maíz para proporcionar alimento a la fauna local, contribuyendo así a recuperar el equilibrio ecológico.
La actividad contó también con el apoyo de la Xunta de Galicia, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil y el propio Concello de Manzaneda, cuyo alcalde, Amable Fernández, destacó la importancia de esta colaboración.
Desde Afundación se subrayó el valor de este tipo de acciones conjuntas, que no solo contribuyen a la mejora ambiental, sino que también fomentan la conciencia ecológica y el compromiso ciudadano.
Esta jornada marca el inicio del Plan de Acción contra los incendios diseñado por Abanca y Afundación, que incluye además un conjunto de medidas financieras, sociales y preventivas.
Entre dichas medidas, una línea de financiación de 150 millones de euros destinada a familias y empresas afectadas, anticipos de indemnizaciones de seguros y ayudas públicas, y también una dotación de un millón de euros para la adquisición de material de prevención y tecnología de vigilancia.
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