Iago Silva, con el retorno en mente

Motor

El piloto y empresario ourensano, habitual del Campeonato Gallego de Rallys, se encuentra centrado en sus negocios, aunque podría tomar la salida en el de Ourense

Iago Silva, con el Mini Cooper con el que circula habitualmente y una furgoneta camper, el vehículo de moda (XESÚS FARIÑAS).
Iago Silva, con el Mini Cooper con el que circula habitualmente y una furgoneta camper, el vehículo de moda (XESÚS FARIÑAS).

El nombre de Iago Silva ha estado marcado al del automovilismo ourensano durante la pasada década a través de los rallys.

Ocho temporadas consecutivas en el Campeonato Gallego de Rallys dan para mucho, también para el agotamiento mental que requiere estar buscando apoyos constantemente para afrontar proyectos cada vez más exigentes. Por eso, en un paréntesis de su carrera deportiva que podría retomarse este año con una participación en el Rally de Ourense con un coche competitivo, Silva se centra en el trabajo y en la familia, siempre con todo lo que tenga motor entre ceja y ceja.

Una afición a los coches que le viene desde pequeño y que deja una anécdota cuando se sacó el carnet. "Me lo saqué el seis del seis del 2006, el número de la bestia (se ríe). El teórico me lo saqué a la primera, pero no te lo vas a creer el práctico fue a la segunda, porque a la primera me suspendió la examinadora porque circulaba demasiado despacio", reconoce.

Del examen al primer coche, un Renault 19 16V "que me duró un año. Era un coche muy chulo, pero siempre tenía alguna cosilla, así que pasé a un Seat Ibiza que compré nuevo y con el que estuve cuatro años".

Después, con el trabajo y los rallys, fue el turno para los diésel. "Al final, al estar tanto tiempo en el coche y hacer tantos kilómetros empecé a andar en coches diésel, como el Mini Cooper D con el que ando habitualmente cuando no estoy trabajando, que la verdad, es poco tiempo".

EL M3 y los rallys

Aunque los rallys están en un segundo plano, en el garaje hay un proyecto a medio plazo interesante. "Tengo un BMW M3 E30 que estoy restaurando desde 0. El coche está en manos de auténticos profesionales de esto y quizá en un año o dos lo tenga terminado a mi gusto. Es un trabajo muy delicado y exige tiempo. Es un coche que tengo pensado quedarme con él, así que tampoco me corre prisa. Cuando esté terminado quizá corramos alguna carrera con él, pero no es algo que tenga decidido. Las ganas de correr siempre están ahí, por eso quizá este año salgamos en el Rally de Ourense con un coche competitivo, tenemos esa intención al menos".

Por eso, para matar "el gusanillo", Iago Silva se ha hecho recientemente con una moto de trial, concretamente una Gas Gas. "Los sábados por la tarde nos reunimos unos amigos con las motos y vamos a descargar el stress de la semana con ellas", aunque reconoce que "correr un rally es más exigente a nivel mental, especialmente si sales a buscar un resultado bueno. Esto es pasar el día con los amigos para divertirse".

Aunque las aficiones se diversifican y el mercado pide otras cosas, como por ejemplo las caravanas y las camper. "Esta que tenemos para vender en nuestro negocio es una pasada, pueden viajar cuatro personas y al final es un método distinto para ir con los amigos. Sí que lo hemos notado durante este tiempo. La gente no quiere renunciar a viajar seguro y con esto te puedes mover y dormir en cualquier lugar con comodidad. Esta por ejemplo tiene dos camas, cocina... es una alternativa genial para desplazarse", afirma.

La bici, sin motor

Y como no, entre coches, motos y la camper, una bicicleta para hacer ejercicio de vez en cuando. En una época en la que las eléctricas se han puesto de moda y ya comienzan a tener cotas de mercado elevadas, Iago muestra sus reparos. "Yo salgo a rodar habitualmente con una Scott normal, es cierto que he probado una Husqvarna eléctrica y son muy chulas, pero creo que por ahora no voy a comprar una. Quizá cuando me falte un poco de fondo y me haga más mayor si me la compre, pero por ahora esto muy contento separando una cosa de la otra", afirma.

Lo que sí está claro es que la competición y todo lo que lleve ruedas va asociado a la vida del piloto ourensano, que sigue al pie del cañón aunque viendo las carreras desde fuera, al menos por ahora.

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