Greta Thunberg y el español activista Sergio Toribio, expulsados de Israel

El activista español Sergio Toribio, que participaba en la misión humanitaria de la "Flotilla de la Libertad" ha aterrizado esta mañana alrededor de las 9.30 horas en el aeropuerto de El Part, en Barcelona, tras ser deportado por las autoridades israelís. Toribio viajaba junto con Greta Thunberg, también deportada a su país, a bordo del barco Maddlen interceptado por el Ejército de Israel cuando intentaba llevar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.

El Maddlen, con 12 activistas a bordo procedentes de varios países como España, Suecia, Francia, Alemania y Brasil, fue interceptado el lunes mientras navegaba cerca de la costa egipcia. La tripulación había perdido contacto con el exterior en el momento de la intervención israelí. Horas después, el Ministerio de Exteriores israelí confirmó que el barco fue desviado al puerto de Ashdod y que todos los pasajeros fueron sometidos a chequeos médicos. Entre ellos se encontraba Greta Thunberg, quien publicó un video pregrabado acusando a Israel de haberla "secuestrado" y pidió a sus seguidores ejercer presión diplomática para lograr la liberación del grupo.

Deportados a sus respectivos países

Sergio Toribio, activista vinculado desde hace años a causas sociales y al movimiento de solidaridad con Palestina, aceptó la deportación junto a otros tres compañeros. Los otros ocho activistas se niegan a firmar los papeles y continúan retenidos en Israel, según explicó Zedan, miembro de la organización legal palestina Adalah. La acción ha sido duramente criticada por las autoridades israelíes, que calificaron la travesía como una “provocación mediática” y tacharon el Maddlen de “yate de selfis de celebridades”. Por otra parte, en redes sociales, el Ministerio de Exteriores israelí compartió imágenes de los activistas recibiendo agua y comida, minimizando la gravedad de la detención.

Pese al discurso oficial, la participación de figuras como Greta Thunberg y Sergio Toribio ha colocado el foco internacional sobre las restricciones impuestas a la ayuda humanitaria en Gaza. La deportación de ambos refuerza el perfil de una acción cuyo impacto político parece ir más allá del trayecto marítimo que intentaron completar. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con creciente atención el destino del resto de los activistas, en un episodio que reabre el debate sobre el bloqueo a Gaza y el papel de la sociedad civil global en la denuncia de esta situación.