Los “colleiteiros”, en crisis por el exceso de vino almacenado

Ecoagro

A siete meses de la próxima cosecha, muchos se han quedado sin espacio en sus bodegas

Publicado: 28 ene 2021 - 03:59 Actualizado: 29 ene 2021 - 07:51

Un grupo de "colleiteiros" presentando los vinos Xuntas e Xuntos el pasado verano.
Un grupo de "colleiteiros" presentando los vinos Xuntas e Xuntos el pasado verano.

El cierre de la hostelería provoca el almacenamiento de vino en las bodegas de una gran parte de los "colleiteiros" de O Ribeiro. Cuando faltan poco más de siete meses para la próxima cosecha, los productores manifiestan su preocupación porque no disponen de espacio, ocupado como está con la añada del 2020 y con la de 2019, con una parte todavía pendiente de embotellar. Incluso, algunos de ellos apuntan a la existencia de elaboraciones especiales del 2018 y 2017.

Los datos oficiales de la venta de precintas para el vino embotellado entre este colectivo indican una caída del 23% en este último año respecto al anterior, a lo que hay que añadir otra parte de la producción que todavía está sin embotellar. "Suponiendo que esto se arreglase a partir de hoy y las ventas fuesen las de un año normal, sería imposible vender solo lo embotellado y en siete meses tendremos una nueva cosecha y la bodega llena, además hablamos de un producto perecedero, no será fácil vender las cosechas menos recientes", afirma Antonio Cajide.

El presidente de la Asociación de Colleiteiros do Ribeiro, Brais Iglesias, señalaba que "hay que pensar que la capacidad de almacenamiento es limitada y también lo es la capacidad del mercado para absorber el vino que no se ha comercializado una vez abra de nuevo la hostelería. La mayoría de los productores están abocados a vender sus productos por debajo de su valor de mercado, lo que se traducirá en pérdidas directas". Asimismo, una buena parte de las bodegas funcionan como operadores turísticos, ya que están abiertas a visitas enoturísticas. La situación de cierre forzoso y limitación de reuniones, tienen un impacto directo sobre esta fuente de ingresos vital para el sector, según añadía.

"Nosotros, en general, solo vendemos a hostelería y al no vender ésta, nosotros tampoco, pero tenemos los mismos gastos ya que la viña hay que cuidarla, además para hacer espacio en bodega se embotelló un vino que no se ha vendido", matiza Cajide, quien puntualiza que "el mayor problema está por llegar, cuando a finales de agosto no tengamos donde meter la nueva cosecha y tampoco podamos afrontar el gasto que supondría seguir embotellado". Por ello, reclaman ayudas por el almacenamiento, como establece la Unión Europea; compensaciones por devaluación y ventas perdidas y también por cierre forzoso del enoturismo.

Necesidad de ayudas oficiales

Algunos de estos pequeños productores se quejan de que no han tenido acceso a las ayudas oficiales, ni tan siquiera han podido acogerse a los ERTE, porque "no somos colectivo afectado", según apunta Antonio Cajide tras ser denegada la solicitud para el único trabajador fijo que tiene durante todo el año, ya que como todos los "colleiteiros" los empleos que ofrecen son temporales en función de las labores estacionales. Tampoco han accedido a algunas ayudas condicionadas a la reducción de la facturación respecto al año anterior. Así, apuntan que tanto en 2017 como en 2018 las cosechas se redujeron a la mitad por causa de las heladas y enfermedades, por lo que ya fueron años de pérdidas, en los que ya no se podía reducir la facturación como se exigía. En una situación distinta están las bodegas industriales que han incrementado las ventas en alimentación para compensar el cierre de la hostelería. Andrés Rodríguez, presidente de la Cooperativa Viña Costeira, señalaba que "estamos vendiendo en alimentación pero vinos más baratos, por lo que el margen de ingresos se resiente". No obstante, apunta a que están embotellando el vino nuevo, matizando que "vamos vendiendo porque la cosecha también fue pequeña".

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