Es una entidad imprescindible. Hace gala de una admirable inquietud por evolucionar al servicio de un colectivo de personas que han nacido marcadas por la fragilidad y la dependencia. Sorprende cada poco tiempo con creativas herramientas para romper las barreras sociales, las físicas y las mentales. La asociación ourensana de atención a las personas con discapacidad Aspanas lleva años sosteniéndose y creciendo contra viento y marea, capeando las dificultades para dar cobertura a quienes no la tienen, tendiéndoles un puente hacia la integración real. No es ajena a los duros zarandeos de la crisis, ni mucho menos, pero responde con decisiones prácticas y propuestas sugerentes. Reciclaje de papel, servicios termales, moda, cine... La fábrica de ideas no descansa. No siempre recibe ni el reconocimiento ni los estímulos que merece. Pero, sin duda, los merece.
