Opinión

De patos y carroñeros

No ganamos para sobresaltos. Cuando no es un pokemon, es un pato el que te arrebata la tranquila calidez del cruasán empapado en café con leche.

El caso es que los políticos no reaccionan. Al menos no de forma convincente a los ojos de la ciudadanía. La credibilidad de las instituciones salta por los aires en continuos estallidos. Ayer diez instituciones distintas recibieron la visita de la Policía. Todo lo que guarda relación con la gestión pública está bajo sospecha. A la política le está pasando lo que al Rey Midas pero al revés. Se oyen voces exigiendo una regeneración integral. Nos hace falta como agua de mayo. Pero ¡qué miedo, oiga! Si se detiene a observar la vida en los partidos políticos verá cómo esta confusión está provocando que los que de verdad podrían ofrecer una alternativa solvente huyen despavoridos. En cambio, asoman por el horizonte avanzadillas de hienas que proclaman la regeneración pero sólo vienen atraídos por el olor de la carroña. Ojo.

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