Opinión

Allariz, en el corazón de los Salesianos

Amigo/a, son muchos los que lucharon, estos últimos años, por mantener a los salesianos en la villa de Allariz. Por la cantidad de salesianos nacidos en las tierras del Arnoia, por lo muy queridos que los Hijos de Don Bosco se sintieron siempre en la comarca, por la labor realizada en la zona desde el año 1920, por tantas y tantas razones que solo el corazón entiende, todo invitaba a soñar que los salesianos siempre convivirían en la villa, amado de Don Bosco. A requerimiento de varias familias del pueblo, el entonces superior provincial de los salesianos de España, don José Manfredini, fue recibido triunfalmente en "el gran corazón gallego", el día 1 de enero de 1913. Y el día 30 de septiembre de 1920, el obispo de Ourense, Monseñor Eustaquio Ilundain, admirador del apostolado que hacían los salesianos en la capital, bendijo la primera piedra del que sería el colegio salesiano en Allariz. ¡Dentro de unos días hará cien años!

Los primeros vagidos de la obra de Don Bosco en Allariz fueron arropados por todas las familias de la villa. No es este el momento para dar constancia de las familias que más ayudaron a dar los primeros pasos a la nueva criatura. Aun así, debo decir que los primeros movimientos fueron guiados por don Eustaquio Ilundain, don José Saborido (director del colegio salesiano de Ourense), don Marcial López (capellán del monasterio de Santa Clara), los párrocos de la villa, los curas de los pueblos de la comarca y por todos los alaricanos. 

Fue en los años 60 y 70 del siglo XX en los que se mantuvo una relación más extensa y estrecha entre los salesianos y los alaricanos: el baloncesto, la rondalla, el teleclub, las excursiones, el "bareto", las asociaciones de antiguos alumnos, de devotos de María Auxiliadora, de cooperadores… establecieron una auténtica simbiosis entre el pueblo y los hijos de Don Bosco

La obra de Don Bosco en Allariz quiso ser siempre "casa que acoge, escuela que enseña, parroquia que evangeliza y patio para encontrarse con los amigos y pasarlo bien". Y creo que se logró: misión cumplida. Si alguna vez no fue así, los salesianos de ahora piden disculpas.

Amiga/o, hace unos días nos recordaba el cardenal Juan José Omella que la primera escuela gratuita de Europa la fundó un español, san José de Calasanz. Hoy queremos recordar que la primera escuela gratuita de Allariz la fundó un italiano, san Juan Bosco. Y Don Bosco, que fue un gran soñador, sigue  soñando su presencia en Allariz, aunque este verano se llevará a cabo, con dolor, la "clausura canónica de la comunidad salesiana". Aun así, permanecen las huellas de Juan Bosco en Allariz, y quieren señalar veredas, para todos, las más bellas. Allariz permanecerá siempre en el corazón de los salesianos, que en la capital se sienten alaricanos.

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