Opinión

“Una señora de buen porte”, afogada en 1696

Algúns cregos foron moi meticulosos anotando nos seus libros parroquiais xunto cos nacementos, vodas defuncións e obras nas igrexas, outras cousas da vida cotiá cun afán de transcendencia que hoxe apreciamos de forma especial. Lembro ver unha nota no libro de nacementos da Trindade sobre un día que houbera unha tormenta perfecta con seis “centellas” que entraran nas casas e mataran varias persoas, aí polo século XVIII. Na anotación, creo lembrar, pois foi cousa que lin cando era estudante e facía un traballo para dona Olga Gallego, describía breve o terror que atafegou a cidade. Teño que buscala de novo. Aquel párroco e outros moitos querían que esas cousas constasen para o futuro. A anotación que lles traio a colación hoxe, feita por Antonio Nóvoa e Sotomayor, figura no libro de mortos de Santa Eufemia, está transcrita e recollida nesa marabilla que é o Boletín da Comisión de Monumentos de Ourense, en xuño de 1924, polo historiador ourensán, Cándido Cid, e di así:

En ocho de Diciembre del año de mil seiscientos y noventa y seis, reinando Carlos II, y siendo Pontífice Inocencio XII y siendo Obispo en esta Ciudad el Ilmo Sr . D. Damian Cornejo y su Provisor D . Isidro de Balmaseda Cardenal de esta S . I. Catedral y Curas desta ciudad D. Antonio de Noboa Sotomayor y D. Manuel de Robles sucedio el benir una crecida de Miño que nunca tal se acordo confesado por boca de los mas viejos que se hallaban en la ciudad, llegó a pasar mas cantidad de agua por detras de N.a S.a de los Remedios de la que lleva el Miño en algunos tiempos de invierno, no le falto dos pies para entrar dentro de la ermita de N.a S .a de los Remedios por la puerta traviesa.

Todos los ojos de la puente llevaban agua con abundancia de tal forma que no le faltó vara castellana para cubrir el corta mar del arco mayor, inundo quasi todo el soto que llaman del Rey, llevo todas quantas barcas y barcos había en el rio por no haber donde recogerlos y principalmente la lastima que tuvimos es de haber llevado la barca que llaman da Sardiñeira junto a San Juan de Larrosa cargada de gente y mucha de importancia, debió de llevar entre leña y madera mas de cien mil carros, fuera de muchas cubas, lechones, caballerÍas y muchas casas, en el lugar de Barbantes despues de llevar la abarca llevó mas de mitad del lugar y faltó mucha gente en todas las riveras del Miño, en la veiga del Louro que asÍ se llama que es a donde rebalsa el Miño con el entropiezo de la mar entre otras muchas cosas se hallaron dos padres de S . Benito que fueron parar allÍ y una señora de buen porte y un sacerdote y otras muchas personas que llevó el rio con muchas mas que no parecerÍan, llovió pocos menos dias que quando el Dilubio, todo esto pongo aqui por curiosidad que me parece no veré otra crecida como ella Dios nos socorra que juzgamos venir otro Dilubio. Concurrio mas gente a ver el Miño que si fuera un dia de romerÍa de N .a S.a de los Remedios Fue en ocho del mes de Diciembre del año de mil seiscientos y noventa y seis, y por verdad lo firmo =D . Antonio de Noboa y Sotomoyor.

Como vén, nunca choveu que non escampase. Nada novo. E daquela non había alertas de coloríns nin farrapo de gaita. O que me chama a atención é o da afogada “una señora de buen porte”. Temos que imaxinala. Bo punto de partida para unha historia inventada. En calquera caso, benzón para don Antonio de Noboa e para todos os que compartiron memoria, polos séculos dos séculos.

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