Opinión

De criticable a encomiable

Ha comenzado la quinta batalla, sí. La primera fue el ascenso deportivo, ganado por el COB; la segunda, el varapalo de la ACB al excluirlo; el CSD entró en juego en la tercera para dar la razón a los ourensanos; y la cuarta ha sido esa maldita asamblea capaz de desobedecer al Gobierno. Sí, al Gobierno. Una rebelión en toda regla. Turno pues ahora para la directiva y su abogado, Miguel Juane, de abrir fuego artillero.


La endiosada ACB, la misma que se creó porque los clubes entendían en los años 80 que la Federación Española no velaba por sus intereses y ahora se ha convertido en idéntico, ha entendido que el CSD, es decir, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, ergo el Gobierno central, no es nadie para tomar decisiones en su coto aunque con tales fines nació. Nada extrañaría que a Cardenal, ya puestos, lo vean como un tipo que pasaba por ahí.


En una competición que no disimula su incomodidad ante la entrada de nuevos clubes y sueña con el cierre total, ha sentado a cuerno quemado que otro equipo gallego le tire de las orejas, se rebele y se arme de razón. El sapo del Obradoiro se lo tuvieron que tragar por la vía judicial más de veinte años después y ahora se han enrocado.
¿Justo? Al contrario. Tan injusto como de otra época. No deja de ser llamativo que la Administración Pública ofrezca al ciudadano mecanismos para subsanar errores y la ACB haya decidido trufar el camino de acceso de la entidad ourensana de trampas y emboscadas. ¿Dos gallegos en la elite? Mejor que no, Fuenlabrada queda más cerca... Y de por medio, el papelón del Obradoiro, que carece de memoria histórica.


¿Esta solo el COB? En absoluto. Las injusticias generan positivas corrientes de opinión. Las mismas que, tarde o temprano, hacen que todo cambie. 
¿Hasta cuándo el asedio a las ilusiones gallegas? No se trata de eso, sino de hacer valer los derechos del baloncesto gallego, cuestión de rango superior. Tiempo al tiempo. 
Paralizar la liga tal vez sea el último recurso o un nuevo paso en esta guerra para pacientes en la que el CSD debería de demostrar que es Gobierno de España, y que al Gobierno se le respeta o se tumba cada cuatro años en las urnas pero no se ningunea por muy arbitraria ACB que exista.

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