Opinión

La cobertura por desempleo en la provincia, ¿quo vadis?

Las prestaciones por desempleo, tanto en su vertiente contributiva como asistencial (subsidio por desempleo y renta activa de inversión) son uno de los grandes logros del Estado de Bienestar. Este mecanismo, permite que el desempleado disfrute, temporalmente, de cierta renta, mientras no logra encontrar un nuevo puesto de trabajo acorde con su cualificación. Su justificación esta fuera de toda duda, y aunque pueden aparecer ciertos comportamientos desincentivadores en el proceso de búsqueda de empleo si el período de disfrute o la cuantía percibida es elevada, todas la economías modernas tienen este sistema de protección para los trabajadores.
La cobertura por desempleo es quizás uno de los ejemplos más claros de instrumentos económicos contracíclicos. Así, si la situación económica empeora, por ejemplo, aumenta el desempleo, es de esperar que se incremente el número de perceptores de prestaciones, además, del gasto asociado. Por el contrario, si la economía mejora, es de esperar que se reduzca el número de beneficiarios y su presupuesto en materia de prestaciones por desempleo. La cobertura por desempleo es, por lo tanto, un estabilizador automático de la economía.

Dicho lo anterior, en nuestra provincia se observa una tendencia cuanto menos preocupante en relación a los beneficiarios y gasto público de este programa de protección social. Desde agosto de 2011 a 2016, el número de beneficiarios de prestaciones por desempleo en Ourense ha pasado de los 15.271 a los 10.751. Paralelamente, los fondos invertidos han sufrido una reducción desde los 13 millones a los 7,8. 

Se podría pensar que este resultado es consecuencia de la reducción del desempleo en los últimos años. Sin embargo, a poco que se analicen los datos se comprueba como el paro registrado en nuestra provincia pasó de los 24.954 desempleados en agosto de 2011 a 21.049 parados en agosto de 2016.  Esto significa que la reducción del número de perceptores ha sido mucho mayor que el de desempleados. 

Quizás la mejor forma de ver esta situación es a partir de la tasa de cobertura de las prestaciones por desempleo, o cociente entre el número de perceptores por desempleo y el número de desempleados. Pues bien, a tenor de este indicador se comprueba como la tasa de cobertura en nuestra provincia pasó del 61,2% en 2011 al 51,1% en 2016; esto es se ha reducido en 10 puntos, de forma que en la actualidad en nuestra provincia, solo 1 de cada 2 desempleados percibe algún tipo de cobertura por desempleo. 

Es más, considerando en vez de todos los desempleados, solo aquellos que han trabajado alguna vez (y por lo tanto han tenido posibilidades de acumular derechos para cobrar las prestaciones), la tasa de cobertura ha pasado del 70,4% al 56,3%, lo que pone nuevamente en evidencia esa pérdida de cobertura, siendo, incluso mucho mayor que la inicialmente calculada.

Además, en Ourense con el paso de los años los beneficiarios de prestaciones contributivas por desempleo tienen un peso menor, al pasar de los 7.056 perceptores en 2011 a 4.087 en 2016, mientras que el descenso de los que reciben un subsidio es mucho menor, al pasar de 6.929 a 5.308. Finalmente el comportamiento de los perceptores de la renta activa de inserción manifiesta una ligera reducción desde los 1.286 a 1.241. Por lo tanto, se comprueba un trasvase de perceptores de prestaciones contributivas por desempleo hacia el subsidio por desempleo, debido al agotamiento de las primeras. Esto supone, de facto, un empeoramiento de las condiciones de los perceptores, ya que la cuantía del subsidio es inferior a la cobertura contributiva. 

La distribución por tipo de cobertura ha cambiado. Así, en 2011, el 46% de los beneficiarios del programa eran perceptores contributivos y el 45% percibían el subsidio por desempleo. En 2016, el 39% de los perceptores cobraban la contributiva y el 50% el subsidio. 

En cuanto al gasto, la cobertura contributiva recoge un descenso de 4,2 millones de euros, frente a 1 millón del subsidio por desempleo. Incluso, considerando solo el importe de la prestación contributiva media, se comprueba un descenso continuado de su dotación, que pasa de los 788 euros en 2011 a los 720 en 2016, una pérdida del 9% de capacidad económica. A nivel nacional, el descenso fue desde los 840 a los 780, una reducción menor, tanto en términos absolutos como relativos respecto al caso ourensano.  Por lo tanto, si bien el empeoramiento es generalizado, en Ourense es mayor.

Por lo tanto, se produce un empeoramiento claro de la posición de nuestra provincia en materia de prestaciones por desempleo que, además, cobran en 2016, por término medio 60 euros mensuales menos que la media española.  Este resultado se debe a las menores cotizaciones sociales que por término medio realizan los trabajadores en Ourense y por el menor tiempo trabajado. Solo con una cambio profundo en el mercado de trabajo en la provincia ourensana se podría mejorar este último indicador. Este cambio, es una de nuestras asignaturas pendientes desde hace muchos años en la provincia de Ourense.

Te puede interesar