Opinión

El cambio administrativo de Galicia

El Estatuto de Autonomía para Galicia establece como criterio de organización territorial "a distribución da población galega e as súas formas tradicionais de convivencia y asentamento" (art. 2-2), y considera una competencia exclusiva gallega “a organización e réxime xurídico das comarcas e parrroquias rurais como entidades locais propias de Galicia" (art. 27- 2). Durante todos estos años de autogobierno se ha avanzado muy poco hacia el cumplimiento de estos fines estatutarios para configurar unas administraciones territoriales propias de Galicia. Fracasó el proyecto de comarcalización de los años noventa, al tiempo que se consolidaba la Administración Xeral da Xunta de Galicia -central y periférica- y se modernizaban, sin duda, los procedimientos administrativos. 

Sin embargo, un auténtico cambio de la organización administrativa de Galicia tiene que pasar necesariamente por la descentralización de los servicios "centrales" de la Administración autonómica en nuevos entes locales, dotados de la suficiente capacidad de gestión y de la necesaria legitimación democrática. Porque la organización territorial vigente en Galicia es disfuncional política y administrativamente, y requiere, ante todo, una reducción del número de municipios en el medio rural para agruparse en entidades locales mayores conforme a criterios económicos, poblacionales, geográficos e históricos; mientras que en las grandes urbes (Vigo y Coruña) se han de potenciar nuevas estructuras metropolitanas y áreas administrativas para la prestación de los servicios urbanos. 

Se trata, en definitiva, de implementar una administración comarcal propia de Galicia con competencias, recursos y estructura institucional adecuada para la mejor prestación de servicios a los ciudadanos; una nueva organización administrativa gallega que por razones económicas y de funcionalidad vendría a remediar las incapacidades de gestión de los actuales concellos rurales. 

Potenciar el rural y combatir la despoblación del medio pasa también por propiciar una nueva administración territorial de Galicia sobre la base estatutaria de las figuras de las comarcas y parroquias que mejore la calidad de vida de todos los gallegos y las gallegas en sus relaciones administrativas, vivan donde vivan

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