Opinión

Somos buenos

En estos días de angustia y miedo, muchos han descubierto el lado bueno que llevamos todos dentro de nosotros mismos. La solidaridad se manifiesta día tras día en medio de la crisis y toda nuestra bondad colectiva sale todas las tardes a los balcones para aplaudir a los héroes de esta tragedia de la pandemia COVID-19.

Somos un caos biológico rodeado de un caos físico, y ente medias de ambos se sitúa la delgada lámina de la conciencia. Y la conciencia, como escribe Emilio Gavilanes: "Es una estructura ética, mucho más que intelectual o conceptual ". Coincido con este lexicógrafo madrileño y extraordinario escritor en que el mundo que hemos levantado los humanos se trata de una construcción moral, mucho más que intelectual o sentimental. Según concluye Gavilanes: "No somos listos o tontos. Somos buenos o malos ". 

Por ello siempre he creído que lo mejor que se puede decir de uno es que es una buena persona. Y es una elección que todos tenemos al alcance de nuestra mano, no está condicionada por la genética ni depende de nuestras posibilidades materiales. Para algunos se tratará de un esfuerzo diario por ser mejores y para otros de una caracterización espontánea y natural. Pero todos somos o podemos ser buenos sin que necesitemos un tsunami moral como este maldito coronavirus que motive nuestras acciones. Es así, para algunos, el propósito que se impondrán para el día después de la epidemia y, para otros, continuar siendo como son, sencillamente buenos.

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