Opinión

Club Deportivo Ourense

Siempre que le cuento a alguien que vi jugar al Chelsea Club de Futbol, el gran equipo londinense, inmediata e invariablemente, mi interlocutor, con cara de sorprendido y escéptico, me pregunta, ¿en dónde?, ¿en Champions?, ¿contra el Real Madrid o el Barcelona? Pues no, lo vi jugar contra el Ourense en el año 1973, en el Torneo Ciudad de Vigo que disputaron el Celta, el Chelsea y el Ourense. Por cierto, el Chelsea sufrió lo suyo para empatar 1-1 con el Ourense y gracias a ello el Celta gano el trofeo. Era la época de Antonio Docabo y de uno de los ascensos a Segunda División. En aquel Ourense jugaba Tomé, el gran jugador que fue traspasado al año siguiente al Barcelona y que motivó que este equipo jugase un amistoso aquí, en el campo de O Couto, y que coincidió con el primer partido que Johan Cruyff jugó fuera del Nou Camp, o sea, que los ourensanos fuimos los segundos (después de los barcelonistas) que vimos jugar al astro holandés vistiendo la camiseta azulgrana.

También recuerdo aquel partido de Copa que jugamos y empatamos con el Real Madrid de Amancio, Del Bosque, Camacho, Santillana, Miguel Ángel, Velázquez, Groso y demás estrellas; o aquella eliminatoria de Copa con la Real Sociedad en la que el Ourense, siendo equipo de tercera división, ganó en octavos de final en San Sebastián 1-3 y después volvió a ganar en O Couto por 4-3, ¡qué equipazo teníamos! (Tomé, Montenegro, Seijas, José Luis, Fuertes…). Por aquí han pasado equipos de la talla del Oporto, San Lorenzo de Almagro, Sevilla, Atlético de Madrid, Bilbao, por poner algunos.

Recuerdo que cuando éramos pequeños mi padre nos llevaba los domingos a mi hermano y a mí, al acabar de comer y dando un paseo, a ver al Ourense, del que los tres éramos socios. El paseo lo comenzábamos solos, pero, invariablemente, acabábamos bastantes más a medida que se iban uniendo los amigos de mi padre, sus hijos, sobrinos, primos y demás familia. En la grada, los amigos se sentaban siempre en la misma zona, formando grupo de afinidad y sin que nadie ocupase esos asientos porque todos sabían donde se sentaba, más o menos, cada uno. Era todo un ambiente el que existía alrededor del equipo y sus logros. Aunque el recuerdo más antiguo que tengo del Ourense fue aquella liga en la que, siendo entrenador (si no me equivoco) Bouso y presidente Florencio Álvarez, consiguieron la hazaña, creo que nunca repetida, de ganar todos los partidos de liga, ¡todos!, que se dice fácil.

Esta es una pequeña parte de la historia de un Club Deportivo Ourense que ahora puede desaparecer, y ello a pesar de que en la temporada pasada ha ganado la Copa de la Federación Española de Fútbol. Es lamentable que el equipo de nuestra ciudad pueda acabar así. Con todo, leo estos días pasados que la masa social del Ourense se moviliza para conseguir apoyos institucionales, lo que demuestra que se sigue queriendo al equipo y que hay muchos ourensanos que sentirían su desaparición. Club Deportivo Ourense es parte de la memoria y del sentimiento de muchos ciudadanos. Presidentes como Juan Arias Varela, el primero; José Luis Temes, Antonio Docabo, Jorge Bermello, Ribao, Indalecio Vidal, Rois, y muchos otros a los que pido perdón por no citarlos, se dejaron muchas horas, días, meses y años de esfuerzos, salud y, seguramente, aportaciones económicas, y todo por que sentían los colores del equipo de nuestra ciudad. Con estos presidentes, con los directivos, delegados, médicos y demás colaboradores, se consiguió más de un ascenso de categoría y se puso a la ciudad en el mapa del fútbol profesional. Tal vez ahora sería necesario un último esfuerzo de todos para evitar la desaparición de un Club Deportivo Ourense que es parte de nuestra historia.

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