Es público y conocido que el Despacho Oval, situado en el ala Oeste de la Casa Blanca, es la 'oficina' del presidente de los Estados Unidos desde principios del siglo XX. En él destaca de manera especial el escritorio Resolute, usado por la gran mayoría de los presidentes, que fue un regalo de la reina Victoria. Desde ese despacho habló Nixon con los astronautas del Apolo XI; Kennedy anunció la crisis de los misiles de Cuba, y se declararon, desgraciadamente, algunas guerras. Después de la Segunda Guerra Mundial se ha convertido en el 'tótem' del mundo en el que se 'dicta sentencia' avalando o descalificando las políticas de los demás países y ello con independencia de quien sea el presidente que lo ocupe, porque estos pasan pero el poder que representa el despacho oval permanece, aunque no eternamente.
La historia enseña que la caída de los sucesivos imperios es inevitable. Antes han desaparecido el romano, el español, el británico o el francés, y todos parecían invencibles. Por ello, llegar al Despacho Oval es actualmente muy importante, pero también tiene su parte de relatividad y hasta de informalidad. Prueba de ello es que en el escritorio Resolute, en el que solo se sientan los presidentes USA, en el año 2013 se atrevió a sentarse, espontáneamente, el presidente chileno Sebastián Piñera, y al preguntarle los periodistas a Obama por este 'atrevimiento' dijo, divertido, que era el primer líder extranjero que se sentaba en él. El gestó del chileno desdramatiza un poco el aura de poder del Despacho Oval; es casi como decir que sí es muy importante, pero como todo lo humano, perecedero. A ese Despacho Oval ha llegado Rajoy en este mes de enero y al parecer ha sido el primer líder extranjero en visitarlo en este año 2014. Llega el presidente español cuando ya se han cumplido dos años de la legislatura, lo cual pone de manifiesto que llegar a él no es fácil, y si no que se lo pregunten a Zapatero, que a punto estuvo de quedarse con las ganas de visitarlo después de la tontería de no respetar la bandera de ese país, sin darse cuenta de que en muchos otros países su bandera sí es respetada. Para saberlo solo hay que pasarse un fin de semana por el centro de Londres o París, por poner sólo dos ejemplos.
En cualquier caso, visitar el Despacho Oval con Obama como presidente tiene un plus histórico porque el actual 'inquilino' es el primer presidente de raza negra y tiene un hilo conductor con la lucha contra la esclavitud que inicio Lincoln. Dije antes que en el Despacho Oval se 'dicta sentencia', y en el caso de la visita de Rajoy así ha sido, en este caso además fue salomónica (como corresponde a un 'emperador', ya sea babilónico o americano), al decir Obama, no es cita textual, que la macroeconomía española ha enderezado su rumbo de forma clara con el liderazgo de Rajoy, pero que el problema del paro sigue existiendo y que hay que solucionarlo. Obama sabe muy bien que en Estados Unidos un paro del 10% es inaceptable socialmente, y un paro de más del 25% en España le debe sonar extrañísimo. Lo dicho, ya tenemos el 'fallo' del Despacho Oval, contra el que no cabe recurso alguno, y aunque no es vinculante sí es muy importante.
