Hay cosas que se quedan grabadas a fuego en la memoria. Los recuerdos forman parte de la existencia del ser humano y eso nos ayuda a seguir adelante, aprendiendo de errores y mejorando sobre las moralejas que sacamos de la vida.
A veces, cuando uno echa la vista atrás, siente cierta nostalgia de tiempos pasados, de gente que te falta y a la que echas de menos cada día o, sencillamente, buenos recuerdos de cosas que sucedieron en torno a un evento.
En mi caso el Rally de Ourense forma parte mí, de mi ADN. Muchos de los recuerdos que guardo con mi familia están relacionados con el motor y por eso cada vez que termina una edición y la acreditación de prensa cae en la caja de mi antiguo cuarto en casa de mis padres me vienen a la cabeza detalles que me gusta recordar.
La primera vez que vi un muleto a finales de los 80 debajo de casa, el M3 de Ponce, el Xsara de Puras a la llegada de Expourense, sentarme en un Renault 5 Turbo con apenas dos años o aquel Rally de Ourense de 2002 con 'Rantur' haciéndonos soñar, son algunas de esas fotos que vuelven cada año a mi mente como fotos a color.
Y como el haber nacido en los 80 supone un hándicap imposible de solventar para ciertos asuntos históricos, siempre es bueno escuchar las historias de los veteranos, que a pie de cuneta hablan de como "cualquier tiempo pasado fue mejor" y como "el Alpinche era un coche que sorprendía a todos por lo que corría pero también por lo difícil de su conducción" aunque la sombra de la nostalgia magnifique algunos discursos y tinten de un punto épico rallys para aventureros y noches posteriores para no contar.
Por eso, es importante seguir añadiendo esos fotogramas a nuestra 'hemeroteca'. Si antes fueron los Etchebers, Puras, Fuster o Beny Fernández, quien sabe si con el segundo triunfo de Cristian García nace otra estrella del palmarés del Rally de Ourense, que casi sin darnos cuenta ha cumplido medio siglo de vida.
Y quién sabe si estas ediciones que hoy vivimos serán algo que le contaremos a los que vengan por detrás.
