Opinión

De los inventores del policalendario gallego llega 'El decálogo de seguridad'

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Lo reconozco, esperaba el lunes como agua de mayo para volver un poco a la normalidad del confinamiento. Cinco semanas dan para mucho o para muy poco, según se mire. Mucha lectura, trabajo, calendarios que no se van a cumplir e incluso ahora un decálogo de medidas que no se pueden respetar. 

Es digno de elogio, la FGA tiene creatividad, es innegable y creo que es de ley quitarse el sombrero. Si en el anterior artículo de opinión ya se avisaba  de que un más que posible (se confirmó el sábado) confinamiento alargado hasta mayo haría saltar por los aires cualquier propósito de calendario en junio (sería ilógico presentar un reglamento en las instituciones a sabiendas de que en el mejor de los casos pasaría apenas un mes de 'libertad escalada' y evidentemente no se realizarían pruebas), ahora toca ponerse a analizar, no sin esbozar una sonrisa tímida (o no tanto), el 'decálogo' de medidas para cuando se reanuden las carreras en Galicia, que sería según la FGA, en junio (calendario A), o en julio (calendario B), o en agosto (calendario C)...o quién sabe ya.

Porque si algo tienen de bueno los decálogos es que siempre se pueden resumir en menos, como los mandamientos, solo que estos en vez de estar escritos en unas tablas de piedra son en PDF volátiles de la web, que para el caso pueden solucionar lo mismo y terminar teniendo la misma validez en un caso estricto.

Sin entrar demasiado en aguas pantanosas y después de pensar como lucirán los pobres voluntarios con mascarillas antigás en todos los cruces de los tramos como si fuesen los protagonistas de Breaking Bad y por eso no de alargar demasiado el texto, me llama poderosamente la atención la solicitud de respetar la distancia de dos metros tanto para participantes como para organizadores, miembros de asistencias y aficionados.

Difícil me resulta entender la situación que se vivirá dentro de un coche en el que van dos personas (piloto y copiloto ¿Acaso irá uno en el techo como en aquel capítulo de Mr.Bean?), extraño y digno de ver será el cálculo que se hará en las asistencias para no infringir la norma de separación (a sabiendas de que muchos coches no tienen dos metros de distancia entre ejes, por ejemplo), más curioso será saber como irá la gente a los tramos (¿uno o dos en cada coche?) o los atascos que se formarán en las carreteras y ya para rematar, quien será el encargado de controlar esas distancias más allá de la buena fe de los aficionados, que por muy concienciados que estén, en algún momento se apelotonarán. ¿En serio que se le va a colar ese marrón a los voluntarios de las escuderías y a Protección Civil?.

Y si raras serán las distancias, más será intentar evitar que haya más de ¿50? personas en cada curva. ¿Habrá tornos en los accesos? ¿Seguridad con perros? Es de una inocencia muy grande (o pensar que el resto es bobo) pensar que eso se podrá llevar a cabo, por muy buen talante que todos pongamos, por muy buenas formas que tengan las fuerzas del orden y por mucho miedo que se tenga, porque lo que es imposible, no se puede hacer.

Aunque la palma se la llevan las ceremonias de salida en recintos abiertos lejos del centro de las localidades. No soy un especialista en marketing, pero un evento en medio de un descampado con la gente muy separada y con mascarillas quizá se parezca más a una "Rave" que a una competición automovilística. Hablando claro, para hacer eso, no tiene mucho sentido organizar el lío, lo mismo que pruebas espectáculo con control de aforo o en un tramo en subida.

En conclusión, vayan comprando mascarillas, una vara de dos metros y mucha paciencia, porque las ideas brillantes no dejan ni dejarán de salir publicadas en los próximos días. Por lo menos que no falten razones para sonreír.

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