Opinión

Hasta el final

Siempre he pecado de crédulo. Iluso de mí, cuando demostraba mi deplorable nivel de juego en las canastas de cualquier pabellón de la provincia pensaba que el deporte era solo eso, deporte. 

Ayer, a mis 30 años volví a sentir en la boca el amargo de regusto de la decepción. La misma de aquellos descensos y pugnas por no desaparecer, esa que se te queda cuando te quitan algo que ya rozabas con la yema de los dedos.

Sin embargo, de los golpes también se aprende. La ACB, con sus requerimientos para unos y sus 'despistes' para otros (más de los que se piensa) ha abierto una vieja cicatriz que muchos equipos de España recuerdan. 

El caduco modelo de competición excluyente que ha creado la Asociación de Clubes de Baloncesto se aproxima hacia un callejón sin salida. Sus decisiones, como mínimo cuestionables, no solo ponen en jaque a la que era considerada segunda mejor competición del mundo sino a todo el baloncesto de España.

¿De qué sirve el ascenso desde la Adecco Oro si de los últimos ocho equipos solo pudo ejecutar la plaza el Andorra?¿Tiene sentido seguir luchando por ello? La respuesta es sí.

Todo tiene un principio y un final y ahora mismo el COB, desde su posición debe luchar por lo que se ganó en la pista en una de las mejores finales de LEB de la historia. No puede haber medias tintas, hasta el final.

Heridos pero no muertos, los aficionados tienen que seguir empujando al equipo, la justicia ya dio la razón a Bilbao el año pasado, este año también puede ser.

Lo merecisteis y lo seguís mereciendo, un COB de ACB.

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