Opinión

Pánico a perder

No fue un saque de banda errado, ni un tiro a destiempo, ni tan siquiera las faltas inocentes cuando el marcador estaba de cara. Es el pánico a perder de nuevo.

Después de tantos meses tragando saliva, con la sensación de que el trabajo no da frutos y que no llegará el cambio, ese muro está ahí, invisible y terriblemente alto.

El pánico resquebraja al Pabellón cada jornada, arrastra al cuerpo técnico y jugadoras al abismo cuando las canastas no entran y atenaza en los momentos clave cuando todo está de cara para romper esa mala dinámica que se alarga por demasiados meses.

El pasado fin de semana en la desangelada cancha de Os Remedios y en la tercera vez que el equipo ourensano se queda a las puertas de la ganar, pude notar ese sentimiento de terror en los ojos de todos.
Por momentos, parecía que el marcador estaba estropeado y que era el Pabellón el que perdía. Momentos difíciles en los que vienen a la cabeza los malos tragos y en los que llegan los bloqueos y despistes.
Dicen que es importante formar a los jugadores para saber perder pero no menos cierto es que es clave saber como ganar los partidos.

Con la escasez de medios y las limitaciones del equipo duele ver como los triunfos se escapan por puro miedo. "A ver si esta jornada ganáis", dolorosa frase, ya tópico pre-partido con la que convivir, presión en el cogote para un equipo lleno de ansiedad.

Las victorias se acercan pero falta algo, la calma necesaria para entender que el deporte no siempre premia al esfuerzo pero que a largo plazo da resultado. Ya se hizo antes, la salvación, a tres victorias.

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