Los años oscuros en los que Ourense había desaparecido del panorama automovilístico son historia.
Los Cortés, Silva o Pardo reverdecen viejos laureles en un deporte que mueve cada año a miles de ourensanos a las cunetas de cualquier prueba que se celebre en España. No importa si llueve o si el sol es abrasador, allí están para animar.
Llegados a este punto y en un momento en el que la fortuna deportiva sonríe, con victorias y puestos punteros ourensanos en todas las competiciones de motor, resulta doloroso ver como la falta de apoyo de todo tipo (prefiero el privado porque considero que el dinero público debe ir a otras cosas) que viven estos deportistas que tan bien nos representan impide su crecimiento de forma adecuada.
Durante mucho tiempo se argumentó que la falta de presencia en los medios era el mayor de los muros. Ahora, con internet e infinidad de publicaciones tanto online como en papel esa excusa no es válida. Si queremos calidad, si queremos victorias y presumir de éxitos debemos invertir en talento y por suerte, tras muchos años de ausencia, hay donde escoger.
Hace unas semanas un conocido mecenas del deporte del motor afirmó que cada euro que invirtió en motor lo vio devuelto con creces. Si ese hombre, que gasta importantes cantidades en esto afirma que es una excelente vía de inversión publicitaria, ¿dónde está el problema? Es hora de decidir que queremos, si éxitos o alabar al resto.
