Opinión

La cultura material

La cultura material (The Material Culture) se ha puesto de moda en la hermenéutica crítica de los estudios de humanidades, tanto en las universidades inglesas como en las norteamericanas. Se podría definir como la historia y la filosofía de los objetos, y de la múltiple relación que establecen con las personas. Los objetos que nos rodean, que poseemos, son parte de la identidad de quien los posee; más aún, del mundo en el que nos movemos. Definen la forma en que nos reflejamos en el mundo, en cómo lo concebimos y lo entendemos. Vivimos rodeados de objetos, de cosas. Nos definen y nos sitúan en un espacio y en un tiempo. A través de ellas creamos hábitos, formas de vida. Costumbres. La materialidad de las cosas ayudan a identificar nuestra presencia y a la vez determina y define nuestra personalidad. Forman parte de las herencia cultural humana. Le corresponde a cada generación el mantener la propiedad cultural que ha heredado: objetos (relojes antiguos), colecciones (trenes en miniatura), estructuras mecánicas, espacios.

La cultura material está también asociada con el aumento o declive del consumo, con la proliferación de los nuevos objetos (los smart phones), con las necesidades y hábitos que imponen a los nuevos usuarios, y con el sistema político, económico y cultural que los originan. Cultura material, es decir, relación entre personas, objetos y cosas. Son también los símbolos del presente. Así en el arte, en la literatura, en la religión, en la política. La opción o variación de cómo se construyen, se hacen, se compran y se usan, tienen suma importancia en la economía y en el uso global.

Los estudios de la cultura material están también relacionada con los estudios femeninos y con la cultura de las formas. En toda cultura o comunidad, nacional, étnica, religiosa, la mujer se define en parte por su “feminidad”. Tal concepto se asocia y se hace visible a través de sus formas del vestir. Su opción de escoger entre un objeto u otro viene determinada por una forma de ser y de estar en sociedad. Pero también se puede hablar de la biografía de los objetos, Y no menos de los alimentos. La llegada del uso del tabaco en el siglo XVI, del chocolate, de la patata, del maíz, procedentes de los nuevo espacios indígenas explorados por Cortés (México), Pizarro (Perú) cambia dietas y alimentos. Actúan, establecen formas de conducta, aportan nuevas perspectivas históricas, incitan el poseer, el intercambiar y el comerciar. Expanden el imperio de los sentidos: ver, tocar, gustar, olfatear). Porque, y en acertada frase de David Howes, la materialidad también es percibida a través de los sentidos.

La vida social de los objetos, su aparición y transformación forma también parte de los nuevos estadios de confort (The Comfort of Things) en palabras de Daniel Mille). Tienen vida, y no menos historia. Tal prueba el libro The Things they Leif Behind (Las cosas que quedaron abandonadas) de D. Penney y Dr. Stasny. Una maleta abandonada en un asilo de minusválidos, ya muertos., que incluye fotos y la biografía de personas importantes, es un documento de historia personal. Sus objetos son a modo de artefactos biográficos. Evocan, hablan, silencian la relación entre quien los usó y quedaron finalmente abandonados. Artefactos etnográfico que actúan como indicativos del estado de evolución de diferentes sociedades y proveen una asombrosa mirada a la sociedad y a su pasado prehistórico. De la mano antropología con arqueología ambas como valiosos trazos etnográficos

En la vida social de las cosas (The Social Life of Things), Arjun Appadurai explica cómo éstas no tienen sentido a no ser por su interacción humana. En frase de Lévi-Strauss, establecen “la ciencia de lo concreto”. De destacar, la gran influencia de Pierre Bourdieu, sociólogo y antropólogo, quien sintetiza estructuralismo, fenomenología y marxismo en el estudio de la cultura material. Cada persona a través del consumo apropia la cultura en la que se halla inmerso y de este modo la interioriza como parte de sus identidad. La cultura material, es decir, la vida social de las cosas, se aplica a cada aspecto de la vida humana; desde la casa en que vivimos al jardín que plantamos, cuidamos y reconstruimos. Es a modo de un gran texto, un sistema de significación, que puede ser leído, interpretado y hasta deconstruido.

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