Opinión

Junts per Yolanda

El exvicepresidente del Gobierno y fundador de Podemos en retirada, Pablo Iglesias Turrión, reapareció el pasado fin de semana para revindicar su obra organizativa (lo de organizativa es un decir, a la vista de su posterior desbarajuste territorial e ideológico), como columna vertebral de los planes de su heredera digital, la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz.

¿Podemos como viga maestra del “Junts per Yolanda”?

Está por ver. Es lo que quiere Iglesias. Pero no encaja en los planes de la todavía presidenta del Gobierno de Sánchez, cinco minutos después de conocerse una nueva encuesta en la que aparece como la dirigente política más valorada de España. Viento en las velas de una futura candidata a La Moncloa, si todo sale como esperan sus costaleros.

Veamos:

En el cierre de la llamada Universidad de Otoño, que se ha llevado a cabo durante los últimos días en Rivas-Vaciamadrid, Iglesias habló del “enorme patrimonio” y el “prestigio internacional” de una marca (“Podemos”) declinante en todas las encuestas. “Un referente que ha inspirado a muchos líderes de la izquierda en el extranjero”, dijo.

Sin embargo, Yolanda Díaz, de cuyo proyecto intitulado “Diálogo con la Ciudadanía” poco se sabe, sí ha dejado claro que no quiere captar “siglas” sino “voluntades” con vocación de “transversalidad”. Eso dijo en la última fiesta del PCE (Partido Comunista de España), al que pertenece. Es justamente esa intención de superar a las organizaciones lo que parece reprobar Iglesias, que prefiere hablar de un “frente amplio” de fuerzas que conecte con la plurinacionalidad, la república y el feminismo, con la más o menos disimulada hegemonía de Podemos. Y en ese punto dice Yolanda Díaz que no está dispuesta a entrar. “Si va a haber ruido de egos, conmigo que no cuenten”, ha dicho.

Además de reivindicar la marca de Podemos, en sus foros de reflexión se ha resucitado la idea del “sorpasso”, como una posibilidad al alcance de ese “frente amplio”. A ello se refirió en su discurso final la secretaria general del partido y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra. Pero tampoco eso parece estar en la cabeza de Yolanda Díaz, que solo mira a la izquierda del PSOE, sin perjuicio de una posterior alianza postelectoral que viniese a reproducir la vigente coalición den el poder.

La idea está clara: que la izquierda no comparezca partida por tres a escala nacional (PSOE, UP, MP) y fragmentada a escala autonómica (adiós a las “mareas”). Por eso los teólogos de la operación, muy en ciernes todavía, no piensan en formar una nueva fuerza política sino ofrecer una plataforma a modo de banderín de enganche para votantes a la izquierda del PSOE. El destinatario implícito del mensaje es Íñigo Errejón, líder de Más País y en principio reticente con el clarinazo de la vicepresidenta.

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