Opinión

Madrid, el desajuste

Estamos cada vez más cerca de que el taxista de Ana Oramas saque la metralleta contra la clase política, en el sentido figurado que la diputada canaria lo utilizó hace unos días en el hemiciclo. Más motivos. Lo último es el confinamiento por días (no por semanas, quincenas ni meses) decidido por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Así desorientó a sus colegas de las dos Castillas, García Page y Fernández Mañueco, veinticuatro horas después de haberse concertado. Pero lo que no habían concertado de ninguna manera era la posibilidad de confinar solo los días de los puentes vacacionales que se avecinan.

Claro que Ayuso desorientó también al Gobierno central, cuyo decreto del nuevo estado de alarma quedó prorrogado hasta mayo este jueves en el Congreso con el voto favorable de 194 diputados. En ese decreto se establece (artículo 9) la posibilidad de confinar un territorio durante una semana como mínimo. La transgresión contribuye a alimentar el estupor de los ciudadanos: ¿De qué sirve reglamentar la vida pública en el BOE si es papel mojado a las primeras de cambio?

Tal cual. Casi sin solución de continuidad, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, daba su conformidad al anuncio que Diaz Ayuso acababa de hacer públicamente: "He decidido cerrar Madrid, pero solo los días imprescindibles del puente que viene y espero hacer lo mismo en el siguiente", "yo no estoy de acuerdo con cerrar Madrid y, de hacerlo, quiero hacerlo en el menor número posible de días". Y al ministro le pareció bien, como ya le había parecido bien un precedente en la ciudad autónoma de Ceuta.

O sea, Díaz Ayuso se salta el decreto del estado de alarma (no contempla cierres por plazos menores de siete días) y el ministro del Gobierno que lo decretó lo aprueba. Una avería en materia de respeto a la norma que, se supone, debería protegernos de la arbitrariedad. Así, se entiende la creciente desafección de la gente con la clase política y la confusión reinante sobre le doctrina de las decisiones "delegadas" en las Autonomías ¿Este es el "marco estable" del que habló Sánchez cuando presentó en sociedad el nuevo estado de alarma para seis meses?

Escucho a un excelente comentarista, Ignacio Torreblanca, decir que "Madrid se ha convertido en la metáfora del desbarajuste". Lo clava, porque hace extensivo el desbarajuste al ámbito nacional y se remite implícitamente a la absurda batalla política entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno central. Ayuso la utiliza como si fuera ella quien encarnase la oposición a Sánchez. Y éste, que nunca dejó de entrar al trapo, ha utilizado esa batalla para ir aminorando la figura del líder del PP, Pablo Casado, que es el verdadero jefe de filas del principal grupo de la oposición.

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