Opinión

Empleo y seguro, ojalá

Lunes, 15 - De lo poco que es para toda la vida

Ourense arrastra un déficit de 200 guardias civiles, alertaba el periódico el lunes como quien lo hace a sabiendas de que se nos abren las puertas del averno por carecer de la custodia de los uniformados. Las academias de oposiciones están embriagadas de felicidad porque Sánchez ha sacado miles de plazas para el empleo público, una buena parte para nuevos polis y picoletos. Estos centros manejan como nadie la ilusión del opositor, aquel que todavía cree en el trabajo para toda la vida. A este lado del mundo todo es provisional y efímero, los empleos de hoy quién sabe lo que serán mañana. Todo es finito salvo el trabajo de funcionario. Sueña el examinando con una plaza fija en cualquier ciudad para cobrar como auxiliar administrativo algo más de mil euros y pagar la mitad en el alquiler, salvo que opte por pisos patera. El empleo es el anhelo, pese a ser una de las maldiciones bíblicas. Todos a opositar, que ese es el camino para que los días pasen y el sueldo llegue como cada final de mes. Aún queda el reducto del opositor, a cubierto de esta y cualquier crisis. Hay que torcer la estadística, que el déficit de 200 guardias civiles es mucho. Pensé que el debate era saber si los delincuentes han descendido en la misma proporción en el mismo periodo y en la misma provincia. Sospecho que no. A opositar pues, sea a lo que sea; sea donde sea. Siempre mejor a picoleto que a chorizo. 

Martes, 16 - La solidaridad no rima con la cartera 

Se ha muerto Manuel Alcántara, maestro de columnistas y preclaro poeta. Raúl del Pozo escribió que el fallecido "captó con prosa sencilla y duende lo ocurrido en España desde que Franco era cabo". Suele pasar, a las personas de mérito las descubrimos al morir, como es el caso. Las lisonjas siempre huelen a incienso y vienen rodeadas de luto. Tanto si se va al más allá una persona como una catedral. En esta sociedad de cuñados jamás dejamos pasar una sentencia inapelable sobre cualquier tema. Este periódico llevó a su portada Notre Dame inflamada hasta la más insignificante de las arenas de sus sillares. Bastó un incendio para que Wikipedia batiese registros para que pudiésemos lucir conocimientos sobre la seo en la esquina de la barra o en la comida familiar del domingo. Las llamas pusieron contra las cuerdas a un templo que sobrevivió a las habituales ignominias humanas, pero no a un despiste inocente pero chapucero. Ahora se abren un montón de posibilidades turísticas porque las cenizas tienen un enorme poder para sacar un billete en Ryanair y alquilar una habitación en Airbnb. El peregrinaje a los lugares pretéritos siempre ha sido un negocio, no veo por qué no puede serlo este. El lamento low cost ha puesto todo perdido de lágrimas estos días y ha despertado la solidaridad de los ricos franceses poniendo millones de euros para la reconstrucción del templo gótico. Las fuertes sumas de dinero anunciadas solo presagian la punta del iceberg de una cartera infinita, que se abre para según qué tipo de tragedias. Ya lo dijo Alcántara, "solo vale la pena luchar y vivir por lo que se está dispuesto a morir".

Miércoles, 17 - El alcalde que se queda sin soldada

Luis Castro es alcalde de San Xoan de Río y la corporación que le eligió presidente le retira el sueldo. Castro gobernó con el PSOE y en febrero oyó cantos de sirena y se pasó con armas y bagajes al PP. Nada que objetar, que lo mismo le pasó a Ulises, bastante más curtido en mares procelosos que el regidor. Lo mismo le pasó a muchos jugadores que pasaron a militar en clubes irreconciliables, como Figo, que pasó del Barça al Madrid como quien se hace ambidiestro. Al final de lo que se trata es de meter goles o evitar encajarlos y todas las porterías son iguales, ha venido a decir. Cuando los populares anunciaron su incorporación Castro dijo que el PP "defende como ninguén aos pequenos concellos". De momento a quien no defiende tan bien es a sus pequeños alcaldes porque los de Pablo Casado también votaron a favor de que don Luis se quedase sin soldada. Mal presagio su fichaje, alcalde.

Jueves, 18 - El alto el fuego para retirar las víctimas

El destino del comercio local va camino de convertirse en una trágica batalla sin un alto el fuego para poder retirar a las víctimas y luego seguir cada uno a lo suyo. Los cierres son los daños colaterales de un sistema de ventas cada vez más cainita. No sé que duele más: si ver que con cada cierre aflora una frustración o que los comerciantes se ven cada vez más perdidos y sin capacidad de reacción. Y sus dirigentes viéndolas venir. Que no las ven, por cierto.

Viernes, 19 - El mal trago de saber el paradero

Algunas disyuntivas ourensanas nos llevan al sarcasmo. El debate institucional y las urgencias van ahora por el camino de recuperar las décadas perdidas en el rural. Aún está por definir qué modelo de transporte público, qué servicios médicos o guarderías le damos, si hay o no buena conexión a Internet mediante redes fiables. Lo que las urbes han resuelto en el rural es vanguardia. Pero el presente ya no es ese. La incógnita es saber qué profesiones se necesitan ya. La industria dejará en el pasado el trabajo manual porque la robótica entra a pasos agigantados, pero aquí aún hay quien pretende ser operario y ganarse la vida apretando tornillos. Echen cuentas entonces a lo que le queda al rural.

Sábado, 20 - La pasarela para los nuevos comicios 

Las elecciones aprietan las costuras. Aún estamos en ascuas para saber quién vive en Moncloa y con el rabillo del ojo miramos quién saludará desde la Casa Consistorial en apenas un mes. Esta semana hubo nuevos tiros largos en la ciudad y los comicios van camino de una pasarela de partidos que lucirán palmito y mercancía gubernativa. Que no se quede todo en programas de top manta. 

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