Opinión

Historia de puertas abiertas

Lunes, 29 de abril | Gobiernos sobre las suposiciones  

Las urnas hablaron y todos callaron, menos los periodistas en primer lugar. Es difícil el silencio en el oficio. Vamos dopados de palabras. La dictadura del papel en blanco sigue siendo durísima y tampoco se han descrito casos de colegas a los que les haya ido bien por callarse en la radio o en la tele. Cuántas veces han escuchado a un opinador diciendo esto no lo sé, de esto no me acuerdo, o de esto no tengo una opinión fundada. Y las urnas han dicho cosas muy claras, la primera que se debe esperar a su veredicto. El periodismo ha venido jugando desde hace meses con hipótesis cimentadas en encuestas o suposiciones. Pasmaba leer o escuchar a comentaristas con elucubraciones sobre gobiernos solo demoscópicos , adivinando hasta qué punto el sudoku gubernativo podría sostenerse según qué siglas. Había tanta prisa que se barruntaron irrupciones arrolladoras en el Parlamento. Es el caso de Vox. La opinión publicada se apostó honras y honores a que los de Abascal entraban sobre corceles a sentarse en número de medio centenar de asientos en la Cámara. Al final fueron 24 y en el ágora periodística se respiró con alivio. Sin embargo, un partido que creció gracias a las vísceras y al palo de una bandera (entre otros "valores", claro) consiguió desde cero 2,6 millones de votos. No tengo muy claro dónde está el alivio. En todo caso, sigue siendo para asustarse.

Martes, 30 de abril | La Historia: jornada de puertas abiertas

A falta de grandes hechos, hay que ir tirando con grandes frases. El lapidario dejó el martes la solemnidad de los asertos, a rebufo de unos resultados electorales que descorcharon muchas botellas por el flanco socialista. Rafael Rodríguez Villarino, dirigente socialista de nuevo cuño y candidato in extremis a la alcaldía de Ourense, se estrenó con la brisa en la cara después de que la grey mantuviese a Sánchez en La Moncloa. Citó a los periodistas en la Praza Maior para entrever que el segundo asalto es el bastón de alcalde. Allí, mirando de soslayo al edificio municipal, se vio ya en el balcón, como los Reyes Magos tras la cabalgata, tirando caramelos a los niños. Villarino engoló la voz y dijo, como buen legionario sanchista, que "collemos a mensaxe cidadá de mudar esta terra". La frase no se esculpirá en mármol en el kilómetro cero de Ourense, pero le perseguirá, sin duda. Son de esas expresiones que nadie manda decir a un político, pero que este pronuncia por si la Historia ese día hace jornada de puertas abiertas y le manda pasar. Villarino cree que dependerá de su partido, el PSOE, que esta tierra pueda "mudar". George Herbert Walker Bush, el padre del de la foto de Las Azores con Aznar y Blair, en su campaña de las presidenciales de Estados Unidos, hizo caso a su speechwriter Peggy Noonan y dijo en un debate: "si el Congreso me empuja a subir los impuestos, me opondré. Si insisten, diré que no; y si siguen insistiendo les diré: lean mis labios, no habrá nuevos impuestos". Llegó a la Casa Blanca y no tuvo más remedio que subirlos. El PSOE se mantiene en el Gobierno y no sé si esta tierra va a "mudar", como pronostica Villarino. Pero que pagaremos más impuestos no me cabe la menor duda.

Miércoles, 1 de mayo | Hacer de todo, salvo dejar de respirar

Lidia Valentín levanta pesas con la facilidad que el resto empinamos una pinta de cerveza. La haltera ha engordado su medallero no con lamentos sí, con sacrificios. En una entrevista publicada por David Palomo dijo: "He hecho de todo salvo dejar de respirar para intentar ganar". El azar no casa con estas actitudes. Ni en esta competición ni en ninguna otra. El miércoles La Región publicaba unos datos según los cuales Ourense campa como la tercer ciudad de Galicia. Su cetro no está amenazado en la demografía, porque lleva cierta ventaja, pero en otros muchos indicadores ha pinchado y figura de farolillo rojo en otros como nóminas y pensiones, por ejemplo. A la victoria no se llega por casualidad y la categoría tampoco se pierde por conjunciones astrales ni mal de ojo. Los datos, muy sensibles, presagian un traspiés de aúpa, salvo que la sociedad en su conjunto sea como la campeona leonesa y apostemos por hacer de todo para intentar ganar. Salvo dejar de respirar, claro.

Jueves, 2 de mayo | Arengados para lo que está llegando

El primero de mayo no deja de tener cierta esencia bizarra. Abigarrados héroes sindicalistas pasean por las manifestaciones con el atrezzo propio de la ocasión. A veces, si cierras los ojos, te parece escuchar a Mel Gibson en Braveheart: "Habéis venido a luchar como hombres libres. Y hombres libres sois. ¿Qué haríais sin libertad?" Pero luego abres los ojos y ves una movilización industrial en una provincia poco movilizada en este sector (ni en ningún otro). Y las consignas se ambientan en las épocas de los mártires de Chicago. Mientras se pide la derogación de la reforma laboral, viene la digitalización, la robotización y el cambio de paradigma sociolaboral. Y llevará por delante a muchos empleos. Y a un tipo de sindicalismo.

Viernes, 3 de mayo | A viajar a Santiago, una vez más

La telemática permitirá que los exportadores ourensanos obtengan por Internet muy pronto los certificados que hasta ahora expedía la Cámara de Comercio. La incapacidad de mantener la entidad engorda a la de Santiago, de la que dependerán las empresas que exporten. El aborregamiento lleva a estas cosas. No hay peor centralismo que el cercano.

Sábado, 4 de mayo | Distinguir entre asuntos graves

Cerró La Cámara de Comercio, sí. Merecen un recuerdo los trabajadores que han mantenido la llama de la vela. Y los empresarios que, pudiendo hacer algo más, hicieron lo de menos. Callar.

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