La televisión autonómica valenciana ha encargado a los becarios la presentación de los informativos de su canal temático de noticias 9/24. Aunque los sindicatos han puesto el grito en el cielo, hay que reconocer los aspectos positivos de la medida. Ya saben, a veces toca hacer de la necesidad virtud. Es cierto que la medida adoptada por los directivos de la televisión valenciana obedece a que en sus arcas no hay dinero. Pero, aunque sea de rebote, en esta ocasión no podemos decir que la medida no sea afortunada. Al cubrir los turnos vacacionales de los titulares con becarios se da la oportunidad a éstos de hacerse visibles.
Lo que quiere un becario es trabajar. Es más, en muchas ocasiones hay gente muy curtida y bregada que llega al estatus de becario porque es la única puerta abierta para merodear en el mundillo, para estar vinculado a la profesión.
Otra cuestión sería analizar quién ve este canal, que llega a unas cotas de invisibilidad difíciles de asumir. Así, puede suceder que un becario lo haga mejor que los mismísimos titulares, cumpla como el que más, tenga dicción, ritmo, entonación y voz, y a la hora de la verdad no lo vean más que amigos y familiares. Así de restringidas son estas audiencias. Así es que después de tanto esfuerzo, tantas ilusiones, con tal de encontrar un padrino que te avale, a la hora de la verdad resulta que su trabajo no trasciende más allá de su barrio.
