Opinión

FUERA DE CAMPO

Me gusta mirar fuera de campo. Me gusta imaginar qué será de esos personajes que fueron observados y analizados en un determinado momento cuando nadie se ocupa de ellos. Ahora que es tiempo de natación en Budapest, me gusta recordar a los participantes en el Europeo de Atletismo en Barcelona. A Kevin López, aquel a quien su padre puso este nombre en recuerdo del deportista Kevin Schwantz, sin medir las consecuencias que tendría para el chico durante el resto de su vida. Qué será hoy de Kevin. Qué hará en otoño. ¿Y los familiares del finalista del Campeonato del Mundo en Sauna? ¿Qué pensarán los hijos de Vladimir Ladizhensky cuando vayan a comprar el pan y la cajera les mire apurada como sin saber si debe aludir o no al finado, si debe dar o no las condolencias?


Me gusta mirar fuera de campo, qué se le va a hacer. Cuando los demás no miran o donde los demás no miran. Prefiero pensar en el nadador Rafa Muñoz a partir de la semana que viene, cuando no salga en los titulares. Lo que más me interesa de Rafa Muñoz es que sea capaz de realizar perfectos fueras de campo de sí mismo. Desapareciendo del mapa. No comportándose como campeón durante 365 días al año y 24 horas al día. Permitiéndose ser persona. Teniendo bajones. Hasta el Guadiana cuando desaparece sigue siendo río.

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