Opinión

MARCOS LÓPEZ

La primera palabra que me vino a la mente por asociación de ideas en relación a Marcos López fue sobreactuación. Sí. Marcos López, contra el que no tengo nada en contra, quede claro desde el principio, es ese tipo de presentador animoso que se presenta con una ventolera alrededor, enfatizando todas sus expresiones. Afianzando sin pretenderlo el debate sobre si el informador, por definición, tiene que pecar de impostura. Si la naturalidad, tan cotizada por otro lado, tiene que ser sólo aparente, o debe estar maquillada por las suficientes dosis de impostura, que son, a la postre, las que consiguen que el mensaje sea certero o verosímil. Más certero y más verosímil.


Divagar sobre si los presentadores deben o no aplicarse en la impostura es tan ambiguo como reflexionar sobre el sexo de los ángeles. La cuestión, en todo caso, es que no se note demasiado. Y a Marcos López se le nota. Mucho. Habrá a quien guste ese énfasis. A Fran Llorente, sin ir más lejos. De lo contrario no lo habría puesto ahí. Dando la cara los fines de semana. Al enterarse hace sólo unos días, Marcos López fue muy feliz. Es para estarlo. Se dice que va a sustituir a David Cantero. Parece un poco aventurado. El tiempo lo dirá. Cantero es el que es, y eso no se sustituye así como así. De hecho, ciñéndonos a los datos, por de pronto Marcos López no va a presentar ?Informe semanal?, del que se ocupará Ana Roldán.


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