Opinión

De paso

El diario ‘El País’ está a punto de ver su edición número 12.000. Jesús de Polanco no pudo leerla. Tenía todo el poder mediático, pero la enfermedad se lo llevó. Como ahora acaba de llevarse a Juan Manuel Gozalo, a los 65 años, veinte antes de lo que la esperanza de vida señala en los varones. Ambos fueron privilegiados, y llegaron a lo más alto en lo suyo. En la empresa privada y en la pública. Uno moviendo los hilos de un grupo mediático con múltiples ramificaciones; el otro a pie de micrófono, haciendo radio deportiva. Cuando estos seres que han sido todo, han podido cumplir sus sueños y han realizado la mayor de las terapias, que es aquella en la que uno, día a día, comunica y se expresa y crece y se expande, cuando estos seres que tanto mandaron y tan todopoderosos fueron, son fulminados por la enfermedad, no queda menos que relativizarlo todo. Y, por si alguien no lo ha advertido, reconocer que estamos aquí de paso. Que somos, pero dejaremos de ser. Y que dadas las circunstancias, más nos valdría aprovechar esta estancia temporal en disfrutarla al máximo. Teniendo en cuenta, incluso cuando estemos allá arriba, y sintamos un momento de tentación, que todo es efímero. Que todo pasa. Y que en el mejor de los casos, sólo seremos merecedores de un obituario público.

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