La Primera emitió sus chicas de oro, su estreno con Boris Izaguirre y la nueva remesa de entregas de 'Repor' sin una sola pausa, sin una cortinilla entre programas, sin uno de sus consabidos 'volvemos en 2 minutos'. De forma que cuando compareció Mónica López avanzando que a partir del domingo, en pleno puente, llegarán las lluvias, debían haber advertido en un subtítulo aquello de visiten el baño ahora o no podrán hacerlo hasta la una de la madrugada.
Parece una queja. Todo lo contrario. Quién nos iba a decir hace un año, hace dos, hace cinco, que esto sería posible. Quién nos iba a decir en los tiempos de Urdaci y de Sáenz de Buruaga que llegaría el día en que, además de unos servicios informativos regidos por la independencia, podríamos disfrutar en una misma noche de cuatro espacios seguidos de producción propia que no nos incitasen a sentir vergüenza ajena.
Ya sé que 'Las chicas de oro' no difiere tanto de 'Escenas de matrimonio', y es que José Luis Moreno tira a lo suyo, qué le vamos a hacer. Ya sé que el estreno de Boris Izaguirre no es precisamente 'Apostrophes', ni falta que le hace. Pero 'Repor' es un sobresaliente espacio de denuncia. Y el 'En portada' con que se remató la jornada un excelente programa de reportajes. Sin olvidar que La Primera es un canal Premium. Y que a la misma hora los paladares más exquisitos pudieron ver en La 2 esa delicia llamada 'Desayuno en Plutón', de Neil Jordan, eso sin contar la terapia de Vicente Vallés. Estoy contento con la pública.
