Opinión

Un gobierno adormidera

Desde las antípodas ideológicas, reconozco mi admiración por la perfecta y bien engrasada maquinaria del Partido Popular y sus gobiernos para diluir sus problemas, incumplir sus compromisos y poner sordina cuando está en el poder a los apocalípticos debates mediáticos, sociales y políticos que genera cuando está en la oposición.

Solo una maquinaria propagandística tan perfecta como la del PP, con sus terminales mediáticas y sociales –y con tantos guiños de complicidades personales en altos poderes del Estado-, podría seguir manteniendo en el limbo la asunción de responsabilidades políticas por el agujero negro del caso Bárcenas, que en cualquier democracia de mínima calidad habría provocado hace meses la dimisión del presidente del partido y del Gobierno.

Sólo un aparato tan sofisticado de ocultación y manipulación puede saltarse a la torera su programa electoral de la A a la Z, decir una cosa y la contraria, gobernar “en diferido y en simulación” de inciertos paraísos futuros mientras liquidan el bienestar tangible y presente de trabajadores, maestros, alumnos, médicos, enfermos, clases medias, pensionistas (sí, también pensionistas, su última autoproclamada “línea roja”).

Ourense es el paradigma de que sólo el PP y sus gobiernos tienen el cuajo de hacer que hacen mientras paralizan todo, al tiempo que disfrutan del beatifico estado de pasividad y silencio de una buena parte, antes beligerante, de la ciudadanía.

Esta misma semana La Región denunciaba en su primera página que los proyectos termales de inversores privados, programados para arrancar con la llegada del AVE, han quedado paralizados en paralelo a la paralización de la alta velocidad, decretada de forma clandestina y taimada por el Ministerio de Fomento. Ahora que todo está parado ¿dónde está la voz del presidente de la Xunta, que se desgañitaba exigiendo apremios y urgencias cuando se licitaban tramos nuevos cada semana? ¿Dónde el griterío de quienes reclamaban para Ourense un proyecto sin limitaciones presupuestarias? ¿Dónde la procesión de soterradores?

Y lo mismo que con el AVE ocurre con el CHUO y el pomposo “Hospital 2050”, la fanfarria del presidente Feijoo para enmascarar una verdad simple: que la ampliación de la Residencia Sanitaria sigue paralizada. Y el Centro de Salud de O Couto, paralizado. Y el Centro de Salud de O Vinteún, paralizado. Y el Centro de Parques Naturales de Quintela, paralizado. Y el Boulevar Termal, paralizado.

Si Ourense no ha renunciado de repente a lo que, hasta hace poco, tantos –y de forma bien vehemente la oposición “popular”- exigían acelerar y rematar, el efecto adormidera que el PP parece causar cuando gobierna sobre ciudadanos antes despiertos y reivindicativos empieza a comprometer seriamente los proyectos clave para en futuro de esta ciudad.

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