Nos olvidamos demasiado de que sólo el ocio incuba los grandes libros, y de que vivimos en una época sin ocio.
Esperemos a ver qué nos brota de esta cita, como Risco hace tres cuartos de siglo.
Se quejaba él de los ruidos de entonces sobre la acera. ¿ si lo acribillasen los mefistofélicos canutos pegados a las orejas hasta con mensajes desalfabetizadores?
¿Además de las pisadas de dos y de cuatro patas, los caballos de vapor, todos los muertos tan vivientes como los esqueletos del cariacontecido dr. Alveiros?
Al menos esto nos salió breve.