Opinión

Rescoldos del 65

Publicaba hace unos días nuestra amiga y compañera Maribel Outeiriño una crónica evocadora del Magosto de 1965, que abriera el pregón del gran poeta José Ángel Valente. Recogía Maribel una frase “entrecomillada” que el responsable de la Cátedra Valente de la Universidade de Compostela, Claudio Rodríguez Fer, atribuía a Arturo Lezcano”: “El periodista de La Región tachaba el pregón de populista, tradicionalista, prosaico y demasiado intelectual”. Añadía el “experto” Rodríguez Fer que “la crítica molestó mucho al poeta y supuso un desencuentro con su ciudad natal”.

Nada ni siquiera aproximado a la verdad: El cronista escribía literalmente que “Criticamos el pregón. Demasiado intelectual, en prosa y excesivamente largo. Además no debio leerse a través de un micrófono , para la multitud , a las cuatro de la tarde, en la Plaza Mayor. Lo usual es difundirlo por prensa y radio la víspera o la mañana de la fiesta”. José Ángel Valente, aunque varios años mayor, mantuvo siempre una relación de amistad con Arturo Lezcano, tanto directamente como a través de sus queridos amigos comunes. Sobre todo Julito López Cid, Antón Risco, y José Lalo Valenzuela. Durante largo tiempo, además, el periodista fue amigo de los hermanos del poeta, Pilar, esposa de Moncho Alonso, Purita, Lula y Lito. Todos giraban alrededor del Parque de San Lázaro.En 1964 Lezcano estuvo en la casa de Valente en Ginebra, con motivo del viaje que La Región hizo a los centros vitales de nuestra emigración en Centroeuropa. Posteriormente mantuvo correspondencia con él en algunas ocasiones y, por supuesto, el periodista se hizo eco, en las distintas publicaciones donde trabajó, de los universales reconocimientos de su obra poética. También tras su fallecimiento y definitivo retorno a nuestra tierra madre, en San Francisco, junto a su malogrado hijo. El entonces joven cronista cree que para un correcto entendimiento de quienes vinieron y vienen detrás es inexcusable recoger, cuando todavía resulta posible, los testimonios de quienes todavía no se han ido.

Ourense, como toda Galiza, “non é pequeno”, según repetía Vicente Risco de quien Valente y Lezcano, como muchos más, aprendieron tanto. Respecto al Pregón del Magosto del 65, finalmente, el original mecanografiado se lo mandó el autor a Lezcano. En lo relativo al “desencuentro”, se abrió antes del 65. José Ángel Valente, en un meditado distanciamiento del “Orense” de su infancia y adolescencia, muy dolido por algunas repercusiones a su alrededor, abominó largamente de las clases dominantes que intentaron durante décadas pudrir nuestra ciudad.

Te puede interesar