Me consta que “se escapó” con alguno más, todos lo sabíamos y después nos encontramos todos, a tomar una copa que le permitiese olvidar, al menos un rato, el enorme disgusto de una eliminación más que injusta. Jorge era líder de un vestuario especial. Tan grande en lo humano como en lo físico. Era inmenso en todo y lo llenaba todo, por lo que noticia de su muerte hizo que notase algo raro en las mejillas. No teníamos una relación personal muy estrecha, pero él y yo sabíamos que nos queríamos un montón. Jorge no engañaba nunca a nadie. Iba siempre de frente, con su verdad por delante, lo que, sin duda, le costó más de un disgusto.porque era claro, valiente... y lanzado.
En lo futbolístico siempre me pareció un gran portero, incluso creo que se pudo exigir algo más, que pudo llegar más arriba. Tenía unas cualidades extraordinarias que le hicieron debutar con 20 años y que le permitieron estar casi 15 años a un alto nivel y finalizar su vinculación con el club, con 34 años, rubricando su licenciatura futbolística con la Matrícula de Honor del ascenso de 1991, tras 19 años sin que el Deportivo pisase la Primera División. Como guardameta fue un adelantado a su tiempo, un precursor de los porteros que dominan el juego con los pies, aún cuando entonces se les permitiese poder utilizar las manos ante cualquier pase de un compañero, hasta el punto de aprovechar -yo lo había vivido antes en el Ural con el después internacional Paco Buyo y Quique “Loco”, que alternaban su posición de portero con la de centro delantero goleador- la menor ocasión que se le ofrecía para mostrar sus indudables condiciones futbolísticas. ¡Lo que hubiese disfrutado hoy como portero! Jorge se nos ha ido de repente, sin hacer ruido, casi diría que en silencio. ¡Quién podía sospechar que le pudiese fallar el corazón con lo grande que lo tenía! Así ha sido, pero yo no querría que pasase este momento de dolor sin acompañar a su familia y sin rendirle mi recuerdo emocionado, y el de tantísimos deportivistas, a él, una persona que era imposible que pudiese pasar desapercibida estuviese con quien estuviese. Amigo Jorge, te tendremos siempre en el recuerdo, porque fuiste, por encima de todo, “un tío legal”.