Opinión

Tebas, la gestión económica de los clubs y el ejemplo de la Real

Mientras aguardaba le mejora en el juego del Dépor, que no ha llegado, y el debut de Rolan, uno de los futbolistas mejor pagados de la historia blanquiazul, que tendrá que esperar, pasan los días sin que ni los tribunales, ni los líderes políticos o deportivos exijan a LaLiga justificar por qué utilizó una vara bien distinta para medir los casos de los positivos del Fuenlabrada y del Granada, cuando lo correcto hubiese sido ordenar actuar a los madrileños de la misma forma que obligaron a los andaluces... va Javier Tebas y aprovecha el silencio para realizar unas graves acusaciones contra la alcaldesa y contra la Xunta de Galicia: “No es de recibo preparar pruebas y testigos”. Acusa, sin ningún género de dudas, a políticos y a funcionarios de prevaricar. ¿No merecen esas falsas imputaciones, si lo son, una aclaración pública y demanda correspondiente? Si alguien piensa que, si se calla, Tebas se olvidará de lo que le dijo, es que no conoce nada al gran jefe de LaLiga.

Sus últimas declaraciones, fieles al más puro estilo Tebas, las hace coincidir con la presentación de los límites salariales de los clubs para 2020-21, que es algo así como “la piedra sobre la que ha construido su iglesia” desde 2013-14. Es el soporte que ha utilizado el patrono, quizás sin querer, para dar a luz un nuevo tipo de gestión económica de los clubs, que ha puesto fin a la fórmula tradicional.

Todo nace con la venta conjunta de los derechos de televisión y del baremo fijado por Decreto-Ley. La distribuciòn de los ingresos supuso un cambio radical en la economía de los clubs. Yo escuché, en mi despedida, la alborada de ese nuevo día.

LaLiga-Tebas se convirtió en Estado y los clubs en entidades locales. Sus ingresos pasaron a depender, para muchos casi en su totalidad, de Papá-Estado-LaLiga, y ésta pasaría a ser juez único, en ocasiones un tanto sectario, de unos clubs que perdían la gestión de sus derechos de TV para convertirse en siervos muy bien retribuídos de un Tebas, jefe de estado del fútbol, que se hacía aún más fuerte apoyado en un poderosísimo presidente de gobierno, Jaume Roures.

Ellos se lo guisan y ellos se lo comen. Es lo que tiene entregarse a LaLiga-Tebas, en el que se aúnan los grandes beneficios para los clubs con el poder absoluto en manos de de un hábil, astuto y muy trabajador dirigente, que se apoya en el voto temeroso de los que saben que “el que se mueva no sale, nunca más, en la foto”.

Yo entregué el testigo del cambio. La diferencia de la gestión económica, en tan solo unos meses, que vivieron los consejos de Augusto César Lendoiro y de Tino Fernández Pico, fue brutal. Para nosotros -incluso en los tiempos de títulos de Liga y Copa del Rey o de los cinco años en el podio que nos llevó a Champions- los ingresos del Deportivo a través de LaLiga no alcanzaban nunca 1,0m/€/año y por derechos de TV, que tú tenías que gestionar con el riesgo que entrañaba estar entre los cinco clubs que más cobrasen, Mediapro nos abonaba unos 20m/€.

Por eso se hacía imprescindible, para poder competir, mantenerse en Champions y asegurar los 30-40 m/€/año de la UEFA... y trabajar en superar los ingresos por sponsors, publicidad, abonados y taquillas. Solo en esos conceptos se apoyaba la gestión económica, porque, salvo excepciones, no éramos un club vendedor.

De ahí se pasó, ya con Constantino Fernández al frente del Depor, a una nueva distribución de la gran tarta televisiva. Se premiaba de forma escalonada la clasificación con 165m/€ al Campeón y con cerca de 45m/€ al farolillo rojo, qué lástima que no fuese así el sistema en nuestra “década prodigiosa”.

“La mejor gestión económica es una acertada dirección deportiva”, sería mi frase lapidaria para el fútbol español actual, a la vista de ese reparto. Siguiendo el símil institucional, el baremo te premia con mejoras dinerarias sustanciosas, cuantos más puntos ganes, al igual que las entidades locales perciben, a mayor número de habitantes en el padrón, más millones del “saco” del Estado.

El club ha pasado a ser una economía dependiente -yo diría que muchos en más de un 75% de su presupuesto- de la buena venta conjunta que haga Roures-Tebas de los derechos de televisión, y eso lo sabe el Presidente y lo usa “manu militari”. Se convierte en imprescindible y les demuestra que sin él el fútbol español no existe. “No te preocupes por nada, que yo ya trabajo por ti”, podría decir el de la patronal a los clubs, que prefieren recibir el “saco” salvador, y cuanto más lleno mejor, antes que modificar el sistema utilizando sus votos.

Tebas está demostrando que o es el más listo de la clase, o es el mangallón que, por el miedo de la mayoría, impone su fuerza, a cambio de proteger a los débiles, mientras sean dóciles.

¿Hizo Tebas tontos a los clubs españoles? Pienso que, más que tontos, a algunos los ha aburguesado. Todo te lo da hecho. No necesitas ya pelear como antes por mejorar tus derechos de TV con Mediapro, Canal+, Antena 3... y encima percibes muchísimo más dinero.

¿Se trata, quizás, del totalitarismo aplicado al fútbol? Tebas hace depender a gran parte de los Clubs de LaLiga para ganar sus voluntades, a cambio de votos, como los gobiernos que hacen a muchos ciudadanos dependientes de sus ayudas.

Este cambio en la gestión económica ha supuesto mayores ingresos para los clubs que quieran competir con Madrid y Barsa por el título, porque, tras el nuevo baremo de TV, les será mucho más fácil que lo fue para el Depor en el año del título y en los años de Champions... y ya no hablemos de la época del Super Depor.

El que mejor parece haber entendido el cambio es Aperribay. Y lo aprovechó. Desde aquí mi felicitaciòn más sincera y agresiva. Ha hecho que la Real y Donostia, sueñen con pelear un título. Y puede ser. Atrévete Joquin. Eres el heredero de los clubs modestos. Tan solo necesitas arriesgar y acertar con el ultimo pase. Como si fueses “El Flaco”. ¿Te atreverás a hacerlo? Espero que sí. Hablaremos de nuevo.

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