Opinión

Don Gonzalo

Juan Luis Garbayo dedica estas palabras a Don Gonzalo

Don Gonzalo. Basta el nombre para decirlo todo. La marcha ayer en León del que fue padre y precursor del baloncesto, respetado y querido por numerosas generaciones de ourensanos -más incluso de los que aprendimos con él y a su lado-, trascendió ayer a la comunidad salesiana de la que siempre formó parte. 

Su imagen abriendo la oficina donde guardaba los trofeos de “sus” equipos con las camisetas de los Bosco de siempre, de antes y ahora, además de los balones, silbatos, aquella vieja fotografia en la que tanto se parecía a Emiliano -leyenda del Madrid de los 60-, las otras de sus chicos -Arturo, Carlitos, Isma...-. Su recuerdo entrando en la cancha del viejo pabellón del colegio casi sin querer que se le viera, su sonrisa permanente, sus lecciones y tutorías, sus recuerdos, los consejos a padres y alumnos y años después a sus hijos; sus largos paseos  en el patio y con los que mientras pudo recorría Ourense… Todo en él  era cariño por un centro y una ciudad a la que llegaba en el 71 para dos meses  y a la que dedicó toda la vida.

Distinguido con el Premio Más Deporte en diciembre de 2008, don Gonzalo era más que el profesor de lengua, latín, griego… que todos en Salesianos querían, mucho más que el mentor de miles de ourensanos que aprendieron a su lado a amar el baloncesto, el tutor respetado que sufría con el alumno cuando las cosas llegaban torcidas; don Gonzalo era  eso y más, padre, maestro y ejemplo.

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