Opinión

La movida ourensana, “Dominique" - Rafael A.Salgado

La historia de “la noche ourensana” nunca se podrá escribir, porque cada uno de nosotros tiene la suya, y las nuevas generaciones ya no recordarán las que para nosotros eran salas míticas. Vivir el presente y preparar el futuro son los objetivos que debemos proponernos; pero siempre haciendo un guiño al pasado y recordar buenos momentos, de paso que evitamos (o al menos lo intentamos), repetir errores.


Ya sabéis aquello del parchís: está el que come una y cuenta veinte; el que come veinte y no cuenta ninguna; el que ni come ni deja comer; el que se lo come todo; el que “pasa más hambre que un maestro escuela”; el pica flor; el paga fantas. Son diferentes personajes que viven la noche en todas las ciudades, pero ninguno se puede definir como el personaje representativo; y desde luego yo tampoco lo soy ni he sido.

Eso me lleva a "no escribir" de este tema. Venga, que de Dominique ¡no hablo! Entre otras cosas, porque yo de aquellas era menor de edad y sería un delito contar intimidades de un menor ¿no? Antes de que nadie se pregunte qué hacía un menor entrando en una discoteca. Recordemos que de aquellas todos los viernes, o casi todos, se organizaban desfiles de “moda”, o bailes pro viaje de fin de curso.

Aquí os dejo estas fotos de la sala en sus comienzos, allá por el año 74.

Creo que fue a finales de los ochenta cuando cambio de nombre a Fresas, para una década después convertirse en Amazonas (aunque en ese periodo no era realmente una discoteca, seguro que se bailaba, se escuchaba música, se ligaba y tomaban copas, pero era otra historia, más "de pago”, con un final en el 99 más que desagradable). Hoy está de nuevo abierta con el nombre de Chambonea, pero sinceramente nunca he pasado por allí, así que no sé cómo está el tema.

Sea cual sea el tipo de recuerdos que se agolpan en vuestras cabezas, procurad disimular. Otro día hablaremos de Vanessa, Niton´s, Long Play, 3A, e incluso del Café Club.

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