Opinión

Respeto

El intenso final de Copa el domingo, lo que vino después tras la polémica arbitral, las amenazas del Real Madrid, la admisión de "errores graves" de ACB y AEBA, y lo que aún llegará en consecuencia más o menos lógica; invita o al menos debería a una reflexión pausada antes de condenar como sin embargo ya se ha hecho a los tres colegiados. 

Exárbitro y periodista, y como tal en ocasiones con el razonamiento dividido, aplaudo sin ambages el gesto aun sin compartir la oportunidad del comunicado de la asociación de árbitros 24 horas después, y tras las amenazas de un club -al que sigo y aplaudo como aficionado desde mis años de deporte colegial-, que pierde en su testarudez su supuesto y pretendido señorío.

Honra el gesto al colectivo en su calidad profesional. Honra la asunción de culpa al equipo arbitral -de reconocida y contrastada categoría-, honra el explícito reconocimiento de errores y la puesta a disposición de lo que la ACB convertirá en sanción con la que cerrar bocas. Honra pese a la gravedad de errores que nadie discute y que parten de la falta no señalada sobre Singleton que de haber sido sancionada habría proclamado al mismo campeón y evitado más polémica. 

Olvida el Madrid no sólo esa falta previa sin la que no habría más discusión, olvida también el vergonzoso parcial que les lleva a jugarse una final al límite de tiempo y paciencia, olvidando además el rosario de errores en partido del que nadie ha pedido explicaciones y del que dudo llegue a obligar a sus deportistas -profesionales- a disculparse, como sí se ha hecho con los árbitros del partido que cerró la última edición de Copa.

No hay arbitraje perfecto, no existe, como tampoco creo haya un jugador impecable al cien por cien. Presión, urgencia, espectáculo e intensidad actúan casi siempre en contra pero constituyen, y es justo reconocerlo, parte fundamental de la magia de este deporte... Respetarlo, tengámoslo en cuenta, también.

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