Cuando un empresario o empresaria se ven forzados por la circunstancias, a tener que cerrar definitivamente su actividad económica, el desasosiego, la frustración, y el trauma personal es brutal. Mi percepción me hacía aventurar, con el inicio de este Gobierno bipartito, que la cosa ya iba pintar gris-oscuro en el horizonte económico. Pero con la errática e indolente gestión de la pandemia desarrollada en los últimos meses por este Ejecutivo, pues ya es difícil calificar a qué punto de irresponsabilidad, ineficiencia e ineficacia se ha llegado. Aunque para ser justos y objetivos, tengo que añadir, que de gobernar algún partido de la actual oposición, el resultado supongo que hubiese sido muy similar. Esta es la mediocre, desidiosa, egocéntrica y endiosada clase política que padecemos en nuestro país, España. Pues bien, en este contexto económico y social, 204.830 empresas (el 17,2%) y 323.778 trabajadores autónomos quebraron y cerraron su actividad económica entre el primer y tercer trimestre de 2020, según el INE. ¡Totalmente inasumible!
A esta sangría económica y laboral hay que sumarle que sólo en el mes de enero de este año, 14.668 autónomos tuvieron que cerrar para siempre, 836 microempresas en nuestra comunidad, Galicia. Y todo ello, añadiéndole un nuevo récord a este Gobierno bipartito, pues ya somos el segundo país con más desempleo femenino de toda la Unión Europea, con un 18,4% de desempleadas, toda una conquista de los ministerios de Trabajo y de Igualdad. ¡Y qué casualidad!, al frente de los dos ministerios están dos mujeres de Unidas Podemos. Esa es su "enorme y brillante gestión" de los recursos públicos y de sus fracasadas y trasnochadas políticas socio-laborales, que pagamos todos en el sentido más amplio de la frase.
Pero la clase política no debe ser el único temor por el que las actividades económicas que aún sobrevivimos debamos estar alerta. Ya que se avecinan importantes cambios de los que no se está hablando (la pandemia lo tapa casi todo) y que deberíamos tener muy presentes. Según The Economist, las nuevas tecnologías, las plataformas digitales (como Amazon y su lanzamiento de Amazon Fresh, con un servicio de entrega rápida a domicilio en productos de supermercado -productos frescos incluidos-, estará funcionando en todas las ciudades de España en este mismo año), y las ventas en línea, harán cerrar en un plazo de tres años a más del 50% de los negocios físicos y presenciales en nuestro país. Y eso que a este porcentaje no se le suman todos los negocios que quebrarán por los efectos colaterales actuales, ya que la banca acumula 159.000 millones en créditos y líneas de financiación en riesgo de impago, una cantidad que se ha elevado cerca de un 20% solo en el último trimestre.
Llegados a este punto, no puedo obviar la ciudad donde he nacido y vivo, Ourense, y su situación en este contexto, y me pregunto: con los 27 personajes que configuran la actual corporación municipal, ¿cuánto tiempo nos quedará antes de que el cielo se desplome definitivamente sobre nuestras cabezas? Aunque creo también, para no perder la objetividad, que una parte de los ourensanos ya han tirado hace tiempo la toalla, y ya únicamente se dejan arrastrar por una situación decadente, apática e indolente, y los más rebeldes, los más jóvenes, simplemente se han ido ya, no han esperado más y quizás hayan acertado... no soy quién para juzgarlos. Hasta ese punto se ha llegado. Pero en las páginas de nuestra historia reciente quedarán escritas la frivolidad, la desidia infinita, la destrucción de la credibilidad pública y el esperpento constante de uno de los periodos más oscuros y dañinos que ha sufrido nuestra ciudad. Ese es el legado de nuestros políticos municipales y por él serán recordados, que no tengan ni la más mínima duda de ello.
