Opinión

Burbuja de precios en la vivienda vacacional

Pues es una posibilidad que se puede dar en el arrendamiento de viviendas vacacionales este mismo verano en Galicia. Entremos en materia. El día 10 de mayo entró en vigor el decreto por el cual se regula la vivienda turística en Galicia, y quiero empezar diciendo que estoy a favor de regularizar lo que hasta ahora campaba libremente sin prácticamente control ninguno, pero eso sí, con prudencia y consenso con el sector para no intervenir un libre mercado que debe seguir siéndolo. Y todo ello con la espada de Damocles puesta por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia de llevar a los tribunales a la Xunta por las medidas restrictivas de su decreto de viviendas turísticas.

A día de hoy son muchas menos viviendas vacacionales las ofertadas en las costas de las tres provincias gallegas, lo que está derivando a que la oferta sea mucho más reducida que la posible demanda, tomando como referencia la demanda del verano del 2016, lo cual provocará, se quiera reconocer o no, un aumento de los precios del arrendamiento por semanas, quincenas o mes entero de las viviendas vacacionales ofertadas en los municipios turísticos de más tirón. Esta caída de la oferta tiene dos orígenes: propietarios que aún no se han dado de alta en el Registro de Empresas y Actividades Turísticas, sobre todo esperando la resolución de la CNMC, y otros, que ya descartan arrendar sus apartamentos esta temporada porque económicamente no les compensa adaptar las instalaciones para cumplir con todos los requisitos que exige la nueva normativa.

Si finalmente se produce un desajuste entre la oferta y la demanda, una solución sería potenciar el turismo en aquellos municipios menos solicitados y recordando que la inmensa mayoría del alquiler vacacional gallego tiene su demanda en el propio mercado turístico nacional y concretamente de la comunidad de Madrid y de Castilla-León. Y el problema con el que se podría encontrar la Administración, y sobre todo el tejido económico turístico en su conjunto, es que una parte de este mercado nacional se derivase, ante un posible incremento brusco de precios, hacia las playas y costa del norte de Portugal, donde los precios son sensiblemente inferiores y donde las similitudes en dotaciones y servicios con nosotros son evidentes. En definitiva, si vemos que se nos puede originar un problema, no esperemos a que este se produzca, así que espero de la Xunta, habilidad, agilidad y sobre todo flexibilidad.

Y para muestra de lo que estoy comentando pues un dato más que significativo: recientemente una sociedad gallega, con una liquidez más que notoria y conocida, ha adquirido una extensión de 194 hectáreas en la paradisíaca península de Troia, en Portugal, donde se podrían edificar hasta 556 apartamentos, flanqueados por dos hoteles y con un impresionante campo de golf con vistas al mar. Cuando este tipo de proyectos de resorts turísticos no se nos quedan en nuestra costa gallega (da igual que fuera en las Rías Baixas, Altas o la Mariña lucense )y se emplazan en el norte de nuestro país vecino, pues creo que como mínimo, nos debería invitar a una profunda reflexión, de qué es lo que no se está haciendo bien.

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