Opinión

¿Dónde está la clase media?

La clase media la están destruyendo en este país de una forma sistemática en los últimos años, y en Ourense, pues qué les voy decir que ustedes no sufran en carne propia. No hace falta que la OCDE nos trasmita en su último informe los fríos datos en los que se nos dice que "los hogares de ingresos medios han visto su estándar de vida estancarse o empeorar, mientras los que ingresan más siguen acumulando dinero y riquezas". En un Ourense con la renta per cápita más baja de todo el país, con las pensiones más bajas de todo el Estado, con más pensionistas en precario que personas en activo trabajando, pues me preguntó: ¿dónde está la igualdad de los españoles en la España “vaciada” y en provincias olvidadas y despreciadas como la nuestra? Ya está bien de tanta hipocresía en periodo electoral con recetas que se caen por su falta de credibilidad y sobre todo de quienes las trasmiten.

Más de 8.000 jóvenes ourensanos se nos han ido por falta de oportunidades laborales en la tierra que les vio nacer, y lo peor es que esta sangría sigue y sigue. ¿Y nosotros qué hacemos? ¿No nos hierve la sangre ante tanta pasividad y conformismo destructivo? ¿Vamos seguir acomplejados y en silencio? Nuestros jóvenes no es que ya no puedan tener una vivienda en propiedad, es que ya ni pueden alquilar una sencillamente porque no tienen trabajo, o porque si lo tienen, la mayoría es en precario.

Tiene que haber un mercado único de vivienda y reducir el enorme exceso de regulación que solo crea inseguridad jurídica y desigualdad. No ha habido flexibilidad ante los cambios sociales y los jóvenes y las rentas bajas lo saben perfectamente. Hay que sacar lo antes posible suelo para que se adecúe a la demanda. Debemos aumentar la cantidad de suelo urbanizable para abaratar los precios y hay que poner suelo y vivienda al alcance de todos, con una nueva ley que dé seguridad jurídica urbanística. Para ello debe haber, de forma inmediata, vivienda social para personas vulnerables y con un ratio de ingresos de menos de 24.000 euros anuales. Urge un parque de vivienda social, como en el resto de Europa, con colaboración público-privada, pero dejando que la vivienda libre se regule por sí misma, sin intervencionismos.

Todo ello con una vivienda en alquiler con incentivos, ayudas y medidas tributarias para favorecer al mercado de la vivienda para todas las edades. Los propietarios deben tener seguridad jurídica e incentivos fiscales por estos alquileres, en especial para el segmento más débil, el de los jóvenes que quieren y no pueden emanciparse. Y siempre defenderé lo mismo, aplicar bajadas en el IVA para equipararlo con la vivienda usada y a la vez potenciar la vivienda en alquiler.

No hay mejor política social y económica que una bajada lineal de impuestos que alivie la presión fiscal a las familias y aumente así su capacidad de consumo. No hay mejor política demográfica que ayudar a autónomos y empresas -reduciendo burocracia, legislación e incentivarlos y bonificarlos tributariamente-, para contribuir sólidamente a la creación de empleo estable y de calidad. Eso sí, fija población, y eso si impediría que nuestros jóvenes tengan que seguir yéndose hacia otras ciudades o  comunidades. Ourense necesita soluciones reales a problemas muy reales, todo lo demás sería un más de lo mismo que únicamente nos acabaría de precipitar en el abismo.

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