Opinión

Una economía nuevamente lastrada

Si alguien había sido tan ingenuo como para pensar que todas las corruptelas que azotan a este país, sumado a la falta de una respuesta ágil y contundente por parte de diversas instituciones (que conforman las muchas y variopintas administraciones que tenemos en esta España nuestra), no iban afectar al consumo y a lastrar un débil inicio de recuperación, simplemente le diré: bienvenido nuevamente al mundo real, donde las botellas mediadas ni se ven medio llenas ni medio vacías, sino sencillamente se ven por su justa medida, por la mitad.

Las previsiones que en el Programa de Estabilidad auguraban que el PIB crecería un 1,3% este año y un 2% en 2015, lo que acarrearía la creación de 400.000 empleos, no se van cumplir. Los empresarios del Instituto de la Empresa Familiar nos dicen en un 76% que habrá una “moderada recuperación” de la actividad con una “limitada” creación neta de empleo y tan solo un 1% cree que la recuperación vaya a ser rápida con una intensa creación de empleo.

El 57% de las empresas asegura que mantendrá los niveles de empleo actuales, y tan solo el 32%, confirma que incrementará plantilla. Y precisamente el temor a incrementar la contratación laboral se debe en gran medida a las dudas que existen sobre la evolución de la demanda interna. El 67% de las empresas apuesta porque elevará su inversión en el próximo ejercicio, lo que representa una caída de cinco puntos con respecto a los resultados de 2013, mientras que un 33% (cinco puntos más) descarta que vaya a invertir más. Y donde queda rotundamente reflejado el malestar empresarial con la situación política actual, es en la estadística que obtiene la peor puntuación en la serie histórica iniciada en 2008, con 1,08 puntos sobre 9 puntos posibles. Con este incontestable resultado no caben ningún tipo de erróneas interpretaciones.

En la misma línea, la Comisión Europea, ha acometido una importante rebaja en las previsiones de crecimiento para la zona euro, donde se espera que el PIB crezca este año un 0,8%, cuatro décimas menos de lo que preveía en mayo. Para 2015, el organismo tampoco ve que la economía vaya a despegar y apunta un alza del 1,1% frente al 1,7% previsto inicialmente. 

Por lo que las tres grandes líneas de urgente actuación pasan por actuar con políticas fiscales creíbles, reformas estructurales ambiciosas y más inversiones públicas y privadas. Este es el panorama económico a corto plazo. Mientras, el contexto social y político lo iremos vislumbrando entre la espesa niebla reinante, en un 2015 electoral. Y con formaciones radicales de la extrema izquierda totalitaria llamando a la puerta de este país, las expectativas pasan de ser sombrías a tremendamente oscuras. Y mi pregunta-reflexión es: ¿reaccionamos ya de una vez o esperamos que el cielo se desplome sobre nuestras cabezas? ¿Queremos despertamos y desayunar con el programa de "Aló presidente" versión española y haciendo cola en el supermercado con la cartilla de racionamiento ante estanterías semivacías de productos, mientras escuchamos por los megáfonos los discursos castristas de 10 horas de duración adoctrinando al pueblo contra el "satánico capitalismo"? Yo por lo menos no, por lo que pido una reacción inmediata, y si el bloqueo mental de algunos  no se lo permite, que se hagan a un lado y dejen paso.

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