Opinión

Los episodios del burgués Pablo y el aristócrata Pedro

Una izquierda desnortada, desmotivada y desilusionada. Y es que la estrella de Pedro y Pablo se extingue enfangada en una infinita y astronómica deuda pública, una crisis económica y social sin freno, la cual únicamente crece día a día - al igual que las vergonzosas e hirientes colas del hambre en absolutamente todas las ciudades españolas-, y multitud de esperpénticos "episodios nacionales", tipo subvenciones públicas Plus Ultra, la aerolínea rescatada por el Gobierno con 53 millones de euros por ser "estratégica" para la economía española... buf. Y ya no hablemos del capítulo "mezquindades", como la reciente sentencia que ha ordenado restituir en su puesto al coronel de la Guardia Civil Pérez de los Cobos tras la decisión de cesarle y que, presuntamente, se habría tomado en Moncloa. Lo cual, únicamente evidencia lo peor de lo peor de la “fontanería política” del equipo de Iván Redondo y de su ministro del Interior.

Una izquierda que se diluye, sin paliativos, en su pésima y nula gestión de los recursos públicos como nunca jamás habíamos visto. La realidad es que el votante de partidos de izquierda es muy escéptico con el actual panorama: un Podemos que predica igualdad social y defensa de los derechos de los más débiles y desfavorecidos desde mansiones tipo "Miami beach" y cuentas corrientes con muchos dígitos; un PSOE que obvia su ideología en aras de una sonrojante pleitesía a su amado líder, que a su vez está totalmente superditado a las estrategias de un Iván Redondo que debería tomar buena nota del informe anual de derechos humanos del Departamento de Estado de EEUU, que manifiesta su preocupación por las restricciones a la libertad de prensa en nuestro país. Y mientras esto acontece, Sánchez, intenta apuntalar su papel como líder de su partido, tanto en Andalucía como en Galicia, donde Susana Díaz y Gonzalo Caballero representan a los líderes territoriales caídos en desgracia. Para ello, la estrategia de Moncloa ya se ha puesto en marcha, y les lanza un primer aviso de que se hagan a un lado, relevando a los delegados del Gobierno en ambas comunidades, y sustituyéndolos por un claro contrapoder a ambos. La verdad es que el secretario general del PSdeG no ha cuajado ni en el electorado gallego ni en su propio partido, lleno siempre de purgas, peleas por el poder y conflictos internos. Y para muestra, el caos permanente e infinito del socialismo ourensano, en fin.

La realidad es que en España estamos viviendo en una burbuja, la de los ERTE (en los que el porcentaje de trabajadores que nunca volverán a su puesto, ya sea porque sus empresas acabarán cerrando o porque ya no tendrán el mismo volumen de facturación, será cuantioso, tal como nos indica el Banco de España); la de los ceses de actividad de autónomos y microempresas de carácter total o parcial; las moratorias hipotecarias y del alquiler; los créditos ICO para seguir sobreviviendo empresarialmente; las prórrogas automáticas de los contratos de arrendamiento, y la paralización de los lanzamientos por impago de los hogares vulnerables, así como el corte de los suministros básicos, entre otras. Pues bien, cuando se pinché esta "burbuja", la realidad real, económica y social se desplomará sobre nuestras cabezas con todo su demoledor peso. Y el problema es que nuestro eficiente y eficaz Ejecutivo de la nación no está haciendo nada efectivo para amortiguar semejante impacto, todo lo fía a los ansiados fondos europeos.

Quiero ver algo de luz entre tanto lado oscuro. Por eso desvío mi mirada hacia un pleno cielo azul que nos anuncia la nueva primavera que comienza a resurgir con fuerza, y en la que Madrid es el epicentro de tan esperada floración. Lo iremos viendo.

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