Opinión

La escasa oferta de viviendas en alquiler

Actualmente en el conjunto de Galicia existe una oferta de 3.750 viviendas en el circuito de comercialización de alquiler tradicional. Aunque en el circuito de alquiler de viviendas vacacionales se superan ya las 14.500. Todo ello en un contexto en el cual el 32% de las viviendas en alquiler tradicional se ubican fuera de las áreas de influencia de las siete grandes ciudades de Galicia, y ahí es donde el precio de los arrendamientos no representa un problema añadido a las economías familiares.

Pero ¿qué porcentaje de hogares viven en arrendamiento? Pues el 15, 3% de las familias gallegas viven de alquiler, siendo las provincias de Pontevedra y A Coruña donde se supera el listón del 16%. Por eso mismo es útil que sepamos cuántas son los hogares con viviendas en arrendamiento en las siete grandes ciudades, que es donde se concentra la demanda, y que son las siguientes:

En A Coruña, el 28%. En la ciudad de Pontevedra, un 16%. En Vigo, el 28%. En nuestra ciudad, Ourense, un 24%. En Ferrol, el 20%. En Lugo ciudad, un 21%. Y en la ciudad de Santiago representan ya un total del 24%.

Primera conclusión: una oferta de viviendas en alquiler en mínimos y unos precios en máximos en las dos principales ciudades de Galicia, A Coruña y Vigo, con únicamente 600 viviendas en el circuito de comercialización.

Segunda conclusión: el 90% de las viviendas en alquiler en las dos principales ciudades de Galicia su precio es superior a los 500 euros, y únicamente el 10% lo tiene inferior a esa cifra. Todo ello con 9,1 euros de precio medio metro cuadrado en Vigo en arrendamiento y un 8,6 en A Coruña. Lo cual supone en Galicia el incremento del alquiler en un 5,8% en la comparativa interanual y con previsiones para el segundo semestre de que llegue al 6,6%.

En definitiva, tres de cada cuatro viviendas en alquiler ocupadas en nuestra Comunidad están ubicadas en una de las siete ciudades gallegas. Con lo cual las grandes ciudades siguen acaparando casi toda la movilidad laboral en detrimento de los demás municipios. Y la tendencia entre la Galicia costera en la comparativa con la totalidad de la provincia de Ourense y el sur de la provincia de Lugo aún agranda más este comportamiento demográfico y económico-social.

El problema de los precios de los alquileres y la escasez de una oferta de viviendas en alquiler lo tenemos principalmente en las ciudades de Vigo, A Coruña y Santiago, donde un tercio de las viviendas habituales son ya en arrendamiento, suponiendo un salto cualitativo y cuantitativo en los últimos 12 años al incrementarse en más de un 40% los hogares en alquiler en estas tres ciudades.

Conclusión, la pandemia no ha consolidado la vuelta al rural -como mucho, a los municipios anexos a las grandes ciudades- y la Galicia del interior vaciada lo es cada vez más, sin paliativos.

Jamás hubo menos oferta de vivienda en alquiler, como jamás también en la serie histórica se han alcanzado precios más altos que los actuales. ¿Las causas?: Desconfianza absoluta de los propietarios hacia una ley estatal de vivienda que los deja en una situación de inseguridad jurídica. Derivación de viviendas de alquiler tradicional hacia el alquiler de viviendas vacacionales, por rentabilidad y seguridad. Falta de incentivos y bonificaciones fiscales a los propietarios.

La inseguridad jurídica, la prohibición transitoria de repercusión del IPC en la renovación de contratos de alquiler, una Ley de Vivienda intervencionista y el aviso de penalización a las viviendas vacías o la limitación de precios, penalizan al pequeño propietario que busca una alternativa distinta al alquiler tradicional de su vivienda.

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