Opinión

¿España en concurso de acreedores?

Cuando los departamentos de riesgos de las principales entidades financieras de este país se están preparando para un repunte de la morosidad e impagos crediticios en los próximos meses -muy por encima de la crisis financiera del 2008-, pues sobran más palabras. Pero no se preocupen... que Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, su cohorte de ministros y ministras, altos cargos, asesores a barullo, palmeros a doquier y, en definitiva, "servidores públicos ", no van tener tensiones de tesorería en sus cuentas bancarias gracias a la liviana recaudación de impuestos a la que nos someten al resto de los españoles y españolas. 

Y no, de momento este país no va a concurso de acreedores,aunque nuestra deuda pública sea estratosférica. Y aunque la última EPA nos haya dejado la foto fija del año 2020 con 622.000 empleos destruidos, más de 527.000 nuevos desempleados, 755.000 trabajadores en ERTE y más de 350.000 autónomos en cese de actividad, con una caída de 97.000 autónomos empleadores. Y todo ello con una tasa de paro juvenil en el 40% a cierre de 2020, casi diez puntos más que la del ejercicio anterior, y con 1,2 millones de familias con todos sus miembros en paro. 

En definitiva, España cierra 2020 con una destrucción de empleo muy por encima de la media europea, derivada de tener a un Ejecutivo socialcomunista, que es el que menos ha hecho por apoyar a empresas y autónomo. Por lo que todos los sectores económicos exigimos a este Gobierno ayudas directas, como las que se han puesto en marcha en el resto de países de la Unión Europea. Y lo exigimos porque este año, económica y laboralmente hablando, va a ser más complicado que el anterior, ya que todas las secuelas (en formato ERTE, moratorias, aplazamientos y financiaciones extra), que arrastramos van a aflorar brutalmente más temprano que tarde. Ya está bien de tanta incompetencia, y de responsabilizar a todos de su tremenda ineficiencia e ineficacia. Y el último y vergonzante ejemplo de ello se ha producido estos mismos días, cuando se produce el hecho de que los intereses electorales queden por encima de la gestión sanitaria de 47 millones de españoles y españolas. Ese es el verdadero rostro del presidente de este pésimo gobierno. Y más inconsistente es aún la “responsabilidad" del ya ex ministro de Sanidad y flamante candidato a no se sabe qué. Pero lo que sí es seguro es que las familias de los 90.000 fallecidos por coronavirus en nuestro país lo tendrán muy presente en su memoria, al igual que los cientos de miles de compatriotas que están infectados en hospitales o guardando cuarentena en su domicilio. Si estas personas no acaban sentadas en un juzgado, en tiempo y forma, pues habrá que reflexionar intensamente sobre en qué tipo de sociedad estamos inmersos.

Pero quiero, una vez más, quedarme con lo positivo. Y es comprobar cómo desde el sector privado se intenta, contra viento y marea y desde una provincia marginal para el Gobierno estatal como es Ourense, y en una lucha que se aventura titánica, buscar recursos económicos para paliar la sangría demográfica y la desertización de nuestro rural y de la Galicia vaciada. Por ello, desde el sector privado, y con el eje de colaboración público-privado como fórmula, hemos presentado un sólido proyecto para optar a los ansiados y necesitados fondos europeos. "Urbanismo productivo para afrontar el reto poblacional", ese es el reto y su devenir lo iremos viendo. 

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