Opinión

De estaciones Vialia a estaciones apeaderos

Creo que el título ya lo dice prácticamente todo. Vigo tiene una estación de “Champions Leage” y Ourense, la correspondiente a un apeadero de pueblo grande, sin más. Esa es la diferencia entre una ciudad con proyección y futuro a otra que languidece sumida en un ostracismo total y decadente. Las verdades a veces duelen, ¿verdad? Y es que hace tiempo que hemos asumido el ser únicamente una ciudad dormitorio de Vigo y Santiago, ese es nuestro día a día, aunque a nuestros “políticos” locales les moleste que se lo digan así a la cara de una manera tan cristalina, bueno... es su unipersonal problema. Cuánta desidia, apatía e incompetencia la de nuestros “gestores de lo público”. Pero haciendo autocrítica, también la nuestra, porque somos nosotros mismos los que nos mofamos de tanto desatino, de tanto despropósito, de tanta inutilidad manifiesta. Obviando, o sin querer percatarnos, de que los sufridores y los “pagafantas” somos los que aquí vivimos. Y no, no son nuestros vecinos de otras ciudades o provincias. El escarnio no es con el de al lado, es con nosotros, ¿nos enteramos ahora o aún no? Los jóvenes que tienen que irse de aquí por falta de oportunidades laborales son nuestros hijos o vuestros nietos, no los de otras localidades. Las empresas que se deslocalizan llevándose a sus empleados son las autóctonas, no las foráneas... en fin.

El Centro Vialia Estación de Vigo, con sus más de 120.000 metros cuadrados -y dividido en varías zonas temáticas-, integra a la vez un megacentro comercial innovador y de última generación (solo en la superficie comercial la inversión fue de más de 90 millones de euros y generando más de 2.000 puestos de trabajo), una magnifica estación de tren y una moderna estación intermodal de autobuses, la cual, con sus 30 dársenas, acogerá más de dos millones de pasajeros año y unas 500 expediciones de autobús al día, según las previsiones. En definitiva, un potente dinamizador económico, laboral y social de todo el área metropolitana de Vigo que sitúa a esta ciudad en la liga de las principales. Ya sé que los paralelismos y comparaciones en algunas ocasiones son odiosas, pero es que si comparamos todo esto con lo que tenemos aquí es para llorar de la impotencia de tener a tantos “abrazafarolas” y palmeros que permiten que se hunda su ciudad hasta los infiernos de la desvergüenza más hiriente con tal de no llevarle la contraria al que le paga con dinero público de nuestros impuestos su plato de lentejas. Ese es nuestro gran problema, el del pesebrismo de turno, el del borreguismo destructivo, el del aplaudir con las orejas si hace falta, antes de hacer una sugerencia o una pregunta supuestamente incómoda, y así nos va.

Mientras en Vigo los mayores fondos de inversión y potenciales inversionistas apuestan por la promoción de vivienda residencial, unidades hoteleras o industriales, con un PXOM aprobado de manera inicial, e invierten en empresas logísticas, de distribución o alimentación, consolidándolas y haciéndolas crecer, pues aquí nos dedicamos a… ¿a qué nos dedicamos?.

Y no, no escribo este artículo para que nos autoflagelemos ahora colectivamente, ni mucho menos, sino para que reaccionemos, porque cada vez nos queda menos tiempo para ello. La recuperación económica va a ir por barrios, y del nuestro a estas alturas ni siquiera tienen la dirección. No saben, o no quieren saber, dónde figura en el mapa una ciudad llamada Ourense, y nadie se está molestando en hacérselo saber.

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