El Banco de España -en su último informe- ha empeorado sus previsiones económicas y ya descarta un "escenario de recuperación temprana" en este segundo semestre del año, previendo que la economía española registre una caída de hasta el 12,6%, al tiempo que empeora su pronóstico sobre el escenario económico y laboral del 2021. Además, nos avisan: "Una de las consecuencias va a ser el deterioro de las finanzas públicas, vamos a llegar a niveles de deuda pública que aún no hemos conocido”.
Pues bien, con esta coyuntura económica en el conjunto del Estado, los ourensanos y ourensanas comprobamos como la ciudad de Ourense agoniza económicamente y socialmente, espoleada por las denigrantes conductas de sus responsables municipales, que ya solo se representan -egocéntrica y egoístamente-, a sí mismos y a sus intereses unipersonales. Nos "representan", en la administración local, los que "trabajan" de lunes a viernes de 9 a 2 de la tarde, como mucho, y con un impás "generoso" a media mañana para no estresarse demasiado. Y vamos a ser los de siempre, los pagadores únicamente de impuestos, los que trabajamos de domingo a domingo los 365 días al año, los que se nos va el sueño todos los días pensando en cómo vamos a cuadrar el mes para pagar nóminas, seguros y un carrusel de impuestos, los que tengamos que reflexionar seriamente si vale ya la pena emprender y generar empleo en este contexto. Es para lo que valemos los autónomos y pequeños-medianos empresarios: para pagar y pagar todos los días del mes para mantener administraciones a barullo y vividores políticos multicolores varios.
¡Claro que ya hay dos Ourenses! El de quien paga, y el de los que solo cobran tumbados en hamacas, y no me estoy refiriendo a nuestros pensionistas precisamente, los cuales, con sus pírricas pensiones difícilmente les hacen frente a sus gastos mensuales.
En el peor escenario económico, sanitario y político, nos ha tocado lidiar con la peor representación municipal multicolor -que ya es decir, recordando las últimas dos legislaturas-, la cual nos está derivando a un escenario social deprimente.
Y mi primera pregunta-reflexión es la siguiente: ¿de verdad nuestros impuestos deben ser destinados a pagar varias y ostentosas retribuciones salariales a personas cuya productividad pública es mucho más que cuestionable? El nivel de tomadura de pelo a cuenta de nuestros muchísimos impuestos supera la hipocresía más absoluta.
Están destruyendo y hundiendo el presente y el futuro de la ciudad de Ourense, y los de 105.233 ourensanos y ourensanas, como nunca jamás hubiésemos podido imaginar.
¿Hasta cuándo vamos soportar está lacra? ¿Hasta cuándo vamos soportar que vivan cómo nuevos ricos a cuenta nuestra? ¿Hasta cuándo vamos a soportar que nos avergüencen hasta el infinito con sus presuntas corruptelas? ¿Hasta cuándo la sociedad ourensana va a soportar tanto masoquismo en primera persona?.¿Hasta cuándo van a soportar los ourensanos tal "rascacielos de infinitas plantas" de incompetencia, inutilidad, ineficiencia e ineficacia? Están riéndose de todos nosotros mientras se dan la gran vida . Pero no pasa nada... ustedes sigan pagando sus impuestos para que ellos vivan a cuenta de su esfuerzo y el de su sudor y el de su mujer y el de su marido y el de sus hijos y el de sus padres... y mientras esto acontece, la dignidad y autoestima de una ciudad entera se hunde con el peso de tanta y tanta desidia y nepotismo a raudales.
El escarnio más cruel y el más humillante feudalismo de la Edad Media sigue vigente en la ciudad de Ourense en pleno siglo XXI.
