Opinión

¿El fracaso de los políticos y de la política actual?

Si lo que ha acontecido en el Capitolio de EEUU estos días -y aunque sea a miles de kilómetros de distancia- no nos hace reflexionar, y en especial a la clase política, pues es que no hemos entendido nada de nada. Los extremos se tocan, por la extrema izquierda y por la extrema derecha, y la polarización política sólo agrava más el problema. Sería injusto meter a todos los hombres y mujeres que se dedican al noble ejercicio de la política en el mismo saco, no sería de recibo. Pero la realidad -y en la última década en especial- es que una buena parte de las formaciones políticas y de nuestras instituciones se han llenado de individuos que única y exclusivamente buscan su propio beneficio, a costa de lo que sea y como sea. Todo ello disfrazándolo de falsas ideologías populistas y jugando con la desesperación personal de personas que están sufriendo esta crisis en toda su virulencia. Y quizás el último dato del INE nos explique el porqué de algunas situaciones, como el que las unidades familiares que llegan con dificultades o mucha dificultad a fin de mes ya son casi 6 de cada 10 hogares. Si esta situación es ignorada, o obviada, por nuestros gobernantes, pues ya no hay salida posible a este laberinto.

Y con este preocupante escenario político-social, se pone fin al efímero espejismo de la Navidad. 3.888.137 desempleados nos devuelven al frío y duro escenario económico y laboral. Y esta es, únicamente, la antesala de los durísimos datos de desempleo que nos esperan este primer cuatrimestre del año, después ya se irá viendo.

Con los datos de diciembre comprobamos cómo el número de desempleados en Galicia durante 2020 aumentó un 14,7%, de forma que el total se elevó hasta 189.587 desempleados. Mientras, en el cómputo estatal vemos cómo la actual crisis ha derivado, de momento, a que 3.888.137 personas estén ya inscritas en el paro, lo que supone un aumento de 724.000 desempleados. Y todo ello con la espada de Damocles sobre 755.613 personas que estén en un ERTE. Estos son los datos, que no son ni pesimistas ni optimistas, son los que son, en su justa medida, que es lo que nos debería permitir ser objetivos y encontrar soluciones de urgencia ante la magnitud del problema.

Y mi primera reflexión me lleva a decir que una buena parte de la clase política actual ha tenido, y está teniendo, un coste reputacional a las instituciones públicas, inmenso. Y una primera reflexión/pregunta: ¿van estar a la altura de gestionar con rigor, coherencia y responsabilidad y con el reparto equitativo por comunidades y provincias, los fondos de recuperación de la UE? Es que si en esto vuelven fracasar también, a este país ya no habría quién lo salve de la ruina total durante un largo periodo de tiempo.

España se juega su credibilidad, su futuro y su destino. La gestión y posterior ejecución de las partidas de los fondos europeos no puede, nunca jamás, responder a intereses partidistas, o a la de contentar a amigos y palmeros. Por lo que me alineo sin fisuras con las legítimas y coherentes reivindicaciones del presidente Feijóo, y en la línea de que a Galicia le corresponderían un total de 550 millones de euros si se siguiesen los criterios que la Unión Europea. Y es que, los 440 millones de euros que va a recibir Galicia suponen el 4,4% del total repartido, un porcentaje menor al que le correspondería por población, que sería un 5,7%. Si a esto le sumamos que en los Presupuestos Generales del Estado ya salimos perdiendo con una inversión que cae un 11,2%, con únicamente 832 millones de euros, pues la discriminación y desprecio hacia Galicia es injusta y prepotente, se mire como se mire. Aunque no somos los únicos damnificados, ya que el Ejecutivo ha designado para Madrid un total de 1.284 millones de euros, el 12,8% del total, una cifra muy inferior a Cataluña, la cual va a recibir 1.706 millones, el 17,1%, teniendo el mismo peso en el PIB del país. En fin, extraigan sus propias conclusiones.

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